ORACIÓN
Jesús resucitado, gracias por amarnos hasta el extremo haciéndonos partícipes de tu Pascua. En la alegría de tu resurrección, como san Francisco de Paula, sentimos la fuerza renovadora de tu amor que nos llama a la vida nueva y eterna desde la conversión y la penitencia.
Te pedimos que tu amor siga impulsándonos a vivir como tú viviste, entregándonos a los demás. Que nuestros ojos sepan ver las necesidades materiales de los que nos rodean: el hambre, la sed, la falta de hogar, la enfermedad, la prisión, la muerte; y que nuestro corazón sea sensible a las heridas del alma: la ignorancia, el error, la duda, la tristeza, la ofensa, la debilidad.
Concédenos la gracia de no frustrar en nosotros tu gracia, de responder a cada necesidad con gestos concretos y sencillos de amor: compartir nuestro pan y nuestra agua, ofrecer nuestro abrigo y nuestro hogar, visitar y acompañar, consolar y honrar. Danos la sabiduría y la paciencia para guiar, corregir, aconsejar, alentar, perdonar y soportar, llevando así tu paz a cada encuentro.
Ayúdanos a que nuestra vida sea muestra de una profunda fe, de una ardiente caridad y de una esperanza confiada en oración y testimonio constante de tu misericordia viva y transformadora. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario