En
estos días de “alarma” en nuestro país y en el mundo entero,
oremos al Señor para que esta epidemia pase sin más desgracias. Que
nos ayude a valorar la vida y a reconciliarnos con Dios, con lo (el)
único y verdaderamente importante. Que haga brotar en nosotros la
solidaridad, para ayudar y estar en la medida que se nos permita y
podamos.
Cuando San Francisco de Paula llegó a puerto en Francia no pudo desembarcar a priori porque en la ciudad se había declarado la peste. Sin embargo, una vez entre los “apestados” se hizo todo caridad y atención para con todos los enfermos.
Todavía hoy la localidad francesa de Fréjus celebra La Bravade, las fiestas en honor al santo que los consoló, alivió y curó en la epidemia de peste vivida.
Pues bien, sigamos el ejemplo de nuestro fundador, seamos dignos seguidores de Cristo, que allí donde podamos y se nos permita no falte nuestro amor, atención, cercanía, ayuda, solidaridad, incluso con la actitud responsable de quedarnos en nuestros hogares.
En la oración y en la comunión espiritual nos sigamos uniendo cada día, como con este salmo que te invito a orar en este momento.
SALMO 91
Cuando San Francisco de Paula llegó a puerto en Francia no pudo desembarcar a priori porque en la ciudad se había declarado la peste. Sin embargo, una vez entre los “apestados” se hizo todo caridad y atención para con todos los enfermos.
Todavía hoy la localidad francesa de Fréjus celebra La Bravade, las fiestas en honor al santo que los consoló, alivió y curó en la epidemia de peste vivida.
Pues bien, sigamos el ejemplo de nuestro fundador, seamos dignos seguidores de Cristo, que allí donde podamos y se nos permita no falte nuestro amor, atención, cercanía, ayuda, solidaridad, incluso con la actitud responsable de quedarnos en nuestros hogares.
En la oración y en la comunión espiritual nos sigamos uniendo cada día, como con este salmo que te invito a orar en este momento.
SALMO 91
Tú
que vives bajo la protección del Dios altísimo y moras a la sombra
del Dios omnipotente,
di
al Señor: "Eres mi fortaleza y mi refugio, eres mi Dios, en
quien confío".
Pues
él te librará de la red del cazador, de la peste mortal;
te
cobijará bajo sus alas y tú te refugiarás bajo sus plumas; su
lealtad será para ti escudo y armadura.
No
temerás el terror de la noche ni la flecha que vuela por el día,
ni
la peste que avanza en las tinieblas ni el azote que asola al
mediodía.
Aunque
a tu lado caigan mil, y diez mil a tu diestra, a ti no te alcanzarán.
Te
bastará abrir los ojos, y verás que los malvados reciben su
merecido,
ya
que has puesto tu refugio en el Señor y tu cobijo en el altísimo.
A
ti no te alcanzará la desgracia ni la plaga llegará a tu tienda,
pues
él ordenó a sus santos ángeles que te guardaran en todos tus
caminos;
te
llevarán en sus brazos para que tu pie no tropiece en piedra alguna;
andarás
sobre el león y la serpiente, pisarás al tigre y al dragón.
Porque
él se ha unido a mí, yo lo liberaré; lo protegeré, pues conoce mi
nombre;
si
me llama, yo le responderé, estaré con él en la desgracia, lo
libraré y lo llenaré de honores;
le
daré una larga vida, le haré gozar de mi salvación."
(Padre nuestro, Avemaría y Gloria)
(Padre nuestro, Avemaría y Gloria)
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