10/12/25

CENTENARIO DE LA VENERABLE M. CONSUELO UTRILLA O. M.

El pasado fin de semana, la Familia Mínima ha celebrado el I Centenario del nacimiento de la M. Consuelo Utrilla, monja mínima del convento de Daimiel (Ciudad Real) en proceso de beatificación y declarada ya venerable por la Santa Iglesia. 

La comunidad de MM. Mínimas celebró la efeméride con una vigilia de adoración al Santísimo y la celebración de una solemne eucaristía. En ella estuvieron presentes las sobrinas de la venerable, el P. Taras O. M., postulador general  de la Orden de los Mínimos, varios miembros de la fraternidad de la Orden Seglar Mínima de Alaquàs (Valencia) así como varios colaboradores habituales de las Mínimas de Triana (Sevilla).

La vigilia de acción de gracias junto al Señor estuvo guiada por textos de la venerable, cantos basados en ellos y otras tantas canciones propias de Hakuna.


La misa solemne, presidida por el obispo de la diócesis, contó con la asistencia de unos dieciséis sacerdotes. Tras la misma, las MM. Mínimas ofrecieron a todos los presentes un ágape en el locutorio conventual, atendiendo las Madres a todas las personas que se acercaron a saludarlas y felicitarlas por todas las gracias que emanan de este convento por intercesión de sus oraciones y de la venerable M. Consuelo Utrilla. 


Realmente fue una experiencia religiosa muy gratificante que esperamos poder repetir con frecuencia en otras ocasiones y con más miembros de la familia mínima.


7/12/25

CARTA DE ADVIENTO 2025 DEL P. CORRECTOR GENERAL O. M.


CARTA DEL P. CORRECTOR GENERAL, P. GREGORIO COLATORTI,
A LOS FRAILES, MONJAS Y TERCIARIOS DE LA ORDEN DE LOS MÍNIMOS

“Aquel día, la raíz de Jesé será elevada como enseña de los pueblos:
se volverán hacia ella las naciones y será gloriosa su morada” (Is 11,10).

Queridos hermanos,

Con la presente os deseo vivamente un santo Adviento como preparación a la Navidad. Que sea un precioso tiempo de preparación y de esperanza.

La esperanza, tema del Jubileo, es una virtud que anima el camino del cristiano y del religioso Mínimo. La penitencia que vivimos en este tiempo a imitación de Jesucristo, con la mirada en la Encarnación, es un camino de liberación para saborear en el corazón el acontecimiento mismo de la Encarnación. Un tiempo en el que, dejando de lado aquello que oscurece el corazón y la mente de nuestra humanidad, podemos ver a Dios que se encarna en nuestra historia personal y humana, social y comunitaria. A pesar de nuestra historia herida, a pesar de nuestra humanidad llagada por guerras y desigualdades de diverso tipo, Jesús todavía elige una pobre gruta para recordarnos que para renacer con Él hay que comenzar desde la pobreza, desde la humildad, desde el abajamiento, para encontrar la verdadera humanidad redimida en el ejemplo de su vida y en su abrazo de Niño en pañales.

¿Qué esperanza mejor que la ofrecida por un niño, por el Niño divino, que se encarna en el peldaño más bajo de la humanidad para enseñarnos que es desde ahí que se empieza a remontar? Precisamente desde la capacidad de amar y confiar como un niño. Pero en este acontecimiento es Cristo quien pide ser abrazado, ser cuidado, ser defendido.

El Niño de la gruta nos guía en este periodo de preparación a fiarnos de Él, a abandonarnos como Él a los cuidados de Dios sin temor de nuestra pobreza, sino precisamente a partir de ella. No hay encarnación sin historia, y no hay encarnación en el corazón sin nuestra historia de límites y de errores, de deseos y de esfuerzos para poder colmarlos, de proyectos quebrados y de heridas no curadas.

Con la Encarnación Dios entra precisamente en nuestra historia, no para borrarla, sino para redimirla, para que, a partir de su encarnación, podamos sentir que Él está cerca a pesar de todo. Sólo hace falta alimentar la esperanza y hacer que ésta se convierta en esperanza creída y vivida, esperanza alimentada y donada, pues está basada en la fuerza que proviene de Cristo Jesús.

El Señor nos invita a imitarlo, si queremos avivar nuestra esperanza; por eso la Iglesia nos propone el camino del Adviento con el fin de descubrir los instrumentos y los medios para seguir a Jesucristo y llegar a compartir gustosamente nuestra vida con Él.

Ésta es nuestra verdadera esperanza; es la esperanza que surge de la certeza de que es este el camino por el que podamos renovarla en el mundo.

Jesucristo ya ha recorrido este camino, por eso estamos seguros y esperanzados de poder recorrerlo también nosotros con Él y con el Espíritu Santo. Encarnándose ha realizado la nueva alianza entre Dios y el hombre; una alianza fundada en la paternidad misericordiosa de Dios y en la esperanza de que cada hombre, en el camino de la conversión, de cualquier modo, que ésta suceda, puede tener parte en la bondad misericordiosa de Dios.

Escribía S. Agustín en las Confesiones, diario de un alma que cuenta su fatiga por adherirse a la verdad salvadora de Dios: El mismo Verbo clama que vuelvas, porque sólo hallarás lugar de descanso imperturbable donde el amor no es abandonado, si él no nos abandona. He aquí que aquellas cosas se retiran para dar lugar a otras y así se componga este bajo universo en todas sus partes… Pues fija allí tu mansión, confía allí cuanto de allí tienes, alma mía, siquiera fatigada ya con tantos engaños. Encomienda a la Verdad cuanto de la verdad has recibido y no perderás nada, antes se florecerán tus partes podridas, y serán sanas todas tus dolencias y reformadas y renovadas y unidas contigo tus partes inconsistentes, y no te arrastrarán ya al lugar adonde ellas caminan, sino que permanecerán contigo para siempre donde está Dios, que nunca se muda y eternamente permanece (AGUSTIN, Confesiones, 11.16).

Lo de S. Agustín es un hablar sumiso de un alma que se dirige al pueblo cristiano, de un obispo, con el fin de edificarlo en la sola esperanza en la misericordia de Dios. Es la voluntad de un santo pastor que quiere indicar al pueblo a él encomendado la única certeza que da esperanza y el único camino que da vida. Podemos encontrar en el relato de su alma el mismo dolor de Jesús ante la multitud extraviada (Mc 6,34) o ante la tentación en el huerto de los Olivos (Lc 22,39-46).

Jesús, el Verbo del Padre, consciente del dolor de la Encarnación, no elude el primer acto de penitencia que es el de despojarse de su divinidad para asumir las fatigas, las privaciones y las injurias inherentes a la experiencia humana. De esta manera nos revela la fuerza redentora de Dios que se encarna en la historia y en la historia personal de cada uno de nosotros. El ejemplo de Jesucristo nos guía a realizar lo mismo: encarnándose nos invita a encontrar nuestra historia, a reconocernos criaturas que experimentan las fatigas, las privaciones y las injurias de la historia como camino de redención y de salvación. A través de la aceptación de nuestra humanidad herida, y del sufrimiento a ella inherente, Jesucristo encarnado, y por ello presente en nuestra vida, vuelve a moldear nuestro corazón (Sal 33), después de haber sido herido por el pecado (Sal 32), porque él conoce las obras del corazón humano.

Con todo, para que el corazón sea moldeado es necesario que reconozca su pobreza e indigencia, como S. Agustín. Citando el Apocalipsis 3,9, el Papa León en la Dilexi te pone el acento en el amor declarado que Dios manifiesta a la comunidad cristiana, pobre y rechazada (sin relevancia ni recursos (Cfr. Dilexi Te, 1). Invita el Papa indirectamente a toda la comunidad cristiana, si tal quiere ser, no sólo a preferir a los pobres como predilectos del Señor, sino a ser ella misma pobre, indigente, para vivir como pobre con Cristo pobre. Pobreza material para reconocer la pobreza espiritual, indigencia física para reconocer y aceptar la indigencia espiritual, sin cuyo reconocimiento no hay progreso alguno en el camino de Cristo. Esto testimonia la encarnación. Por tanto, para poder ver a Dios hecho pequeño, mínimo, es necesario reconocer la propia pequeñez para reencontrarse con Él.

Del Adviento vivido en este sentido penitencial de conversión, deriva la alegría de la Navidad, es decir, la alegría de encontrar a Cristo niño en un corazón libre y así vivir la esperanza que no defrauda (Rm 5,5). Si Dios se ha encarnado y ha nacido en una gruta, entonces no podemos quedar defraudados en nuestra esperanza, en cuanto que el Dios haciéndose niño, se ha bajado a nuestro nivel para elevarnos a su vida. Que el camino penitencial del Adviento nos lleve, pues, a reencontrarnos como Mínimos y como Iglesia, ante la gruta de Belén, para reconocer el principio de nuestro camino humano-cristiano: el primado y la presencia de Dios en nuestra vida.

De esta manera, siguiendo el ejemplo del Fundador, podremos reconocernos Mínimos entre los mínimos, entregados a la alegría y a la esperanza en cuanto buscadores de la alegría y de la esperanza en los hermanos que junto a nosotros contemplan la Cristo niño, y en aquellos que aún no han llegado, conscientes de que esta alegría y esta esperanza salvarán al mundo.

A vosotros que compartís la alegría de ser hijos espirituales de San Francisco de Paula, mis mejores deseos de que este tiempo sea un tiempo de renovación y alegría en la fraternidad, de humanidad en la esperanza, de nuevas relaciones partiendo del encuentro con Cristo niño.

Roma, Convento de S. Francisco de Paula ai Monti

30 de noviembre de 2025, I Domingo de Adviento


P. Gregorio Colatorti
Corrector General

22/11/25

57º ANIVERSARIO DE LA PARROQUIA DE SAN FRANCISCO DE PAULA EN XIRIVELLA (VALENCIA)

La fraternidad seglar de la Orden Mínima Seglar de Alaquàs acudió a celebrar con sus hermanos y hermanas de Xirivella el 57º Aniversario de su parroquia cuya intitulación es la de San Francisco de Paula.

Además, durante la celebración, también recibieron las insignias los nuevos componentes de la Fraternidad San Francisco de Paula allí radicada, grupo de feligreses y devotos que viven el carisma mínimo en el acontecer cotidiano de sus vidas. 

Nuestra más sincera enhorabuena por el aniversario y vuestras vidas comprometidas en el carisma mínimo.

SI TE ANIMAS ¡VEN Y VERÁS!

Carrer del Rei En Jaume, 7 - 963 793 525

14/10/25

NUEVOS ASPIRANTES EN LA FRATERNIDAD MÍNIMA SEGLAR DE ALAQUÀS (VALENCIA)

La fraternidad mínima seglar de Alaquàs (Valencia) celebró solemnemente el inicio del Año Social Mínimo el pasado lunes 13 de octubre en la parroquia de Ntra. Sra. del Olivar.

Con la celebración de la Eucaristía, presidida por el párroco y nuevo consiliario de la fraternidad en nombre de la Orden de los Mínimos, siete nuevos/as aspirantes fueron recibidos en su propósito de conocer y caminar hacia la pertenencia formal a la Orden como terciarios y terciarias.

El Señor los bendiga, acreciente en sus propósitos "de bien en mejor" y confirme en su vocación, acompañados en sus propósitos de conversión por la intercesión de N. P. San Francisco de Paula para "dar dignos frutos de penitencia".

7/9/25

¡FELIZ DÍA DE NUESTRA SEÑORA DE LA VICTORIA!


TRIDUO A LA VIRGEN DE LA VICTORIA

Patrona de la Orden de los Mínimos en España


ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS:

Madre y Señora nuestra, María Santísima de la Victoria, reunidos en este día bajo tu protección para celebrar tus alabanzas, recurrimos a tu amparo, ya que eres la protectora de nuestras vidas. El título “de la Victoria”, nos da ánimo y coraje para continuar nuestro camino hasta la Casa del Padre. Haz que escuchemos siempre a tu Hijo Jesús y hagamos la voluntad de Dios todos los días de nuestra vida. Virgen de la Victoria, Madre y defensora de todos los necesitados, mira por nosotros y danos tu bendición. Amén.


ALABANZAS PARA CADA DÍA

DÍa 1º. María Santísima: bajo la advocación de la Victoria, recurrimos a Ti, te alabamos, te bendecimos y te pedimos: Sé Señora de nuestra esperanza durante el peregrinar de nuestra vida. Intercede por nosotros. Dios te salve, María... Santa María...

Día 2º. Madre amantísima, Virgen de la Victoria mira nuestras preocupaciones y sufrimientos. Te alabamos por las maravillas que Dios hizo en Ti y te pedimos nos mires para que, bajo tu patrocinio, superemos las dificultades de esta vida, camino del Reino definitivo. Ruega por nosotros. Dios te salve, María,... Santa María...

Día 3º. Madre protectora, Virgen de la Victoria mira nuestras comunidades, sus necesidades y sobre todo nuestro caminar hacia la santidad. Te alabamos por el don concedido por tu Hijo Jesús al hacer de Ti su Madre y nuestra Madre. Intercede ante tu Hijo por nosotros para que nunca perdamos la virtud de la esperanza. Te damos gracias porque, al pie de la Cruz, aceptaste ser Madre de todos los hombres. Sé Madre victoriosa que nos guíe y acompañe siempre. Protégenos a todos. Dios te salve, María,... Santa María...


ORACIÓN PARA CADA DÍA DEL TRIDUO


Día 1º. MARÍA, MUJER DE FE

Virgen Santísima, Mujer que demostraste una profunda fe cuando el anuncio del Ángel proclamó que serías Madre de Dios. Haz que nosotros, a través de los acontecimientos de la vida, que nos sirven de ángeles anunciadores, vivamos esa profunda fe y cumplamos los designios de Dios sobre cada uno de nosotros. Que este triduo en tu honor, Virgen de la Victoria, nos lleve a recorrer los mismos caminos que Tú recorriste.

Durante un momento, hagamos nuestra petición personal.


Día 2º. MARÍA, ESPERANZA DE LOS PEREGRINOS

Señora y Madre nuestra, Virgen de la Victoria. Somos peregrinos de los caminos de la vida. Como Tú, que fuiste un día peregrina por las tierras de Egipto llevando en tus brazos a Jesús y en tu corazón una inmensa esperanza, haz que esta santa virtud no desaparezca nunca de nuestra vida y que sepamos ver, a través de la oscuridad, las dificultades y dolores, la voluntad amorosa del Padre. Que nuestro amor por Ti, Virgen de la Victoria, nos lleve a albergar la misma esperanza que guardabas en tu corazón.

Durante un momento, hagamos nuestra petición personal.


Día 3º. MARÍA, AMOR DE SUS HIJOS, LOS HOMBRES

Madre amantísima, Virgen de la Victoria, que, al pie de la Cruz, nos recibiste a todos los hombres con amor de Madre. Haz que este amor brote en nuestros corazones para nuestro buen Padre, Dios, y para todos los hombres, nuestros hermanos. Que, siguiendo tu ejemplo, aprendamos a amar sin límites ni distinciones. Enséñanos a amar, Virgen de la Victoria, de modo que el amor verdadero nunca se borre de nuestros corazones.

Durante un momento, hagamos nuestra petición personal.


Se termina rezando la Salve.


https://www.minimas.org/orar.aspx?id=144&t=6


3/9/25

¡225 AÑOS DE UN SÍ!


 Además de este hermoso vídeo, las MM. Mínimas de Archidona (Málaga) nos invitan a compartir con todos el siguiente librito con el que

TE CUENTO LA VIDA DE UNA NIÑA QUE SE HIZO MONJA

23/8/25

MISA DE ACCIÓN DE GRACIAS EN EL 225º ANIVERSARIO DE SU PROFESIÓN RELIGIOSA


225 Años de la Profesión Religiosa
de la Sierva de Dios Madre María del Socorro Astorga Liceras
1800 - 2025

El próximo 29 de agosto de 2025 se cumplen 225 años de la Profesión Religiosa de la Sierva de Dios Madre María del Socorro Astorga Liceras, en el Monasterio de Jesús María del Socorro de Archidona.

Madre Socorro (1769-1814) fue monja de la Orden de los Mínimos de San Francisco de Paula, en una época convulsa para España y Europa. El 29 de agosto de 1800, con 31 años de edad, entregó su vida definitivamente a Dios en votos solemnes, permaneciendo fiel hasta la muerte.

Dejó como herencia una valiosa autobiografía y escritos espirituales, testimonio de su profunda unión con Cristo y de su vocación vivida en humildad y fidelidad. Hoy, su causa de beatificación está abierta y su recuerdo sigue vivo en la comunidad mínima de Archidona.

En este aniversario, su ejemplo sigue interpelando a creyentes y no creyentes, recordando que una vida entregada a Dios es siempre fuente de esperanza para el mundo.

La comunidad de monjas Mínimas de Archidona, heredera de su espíritu, quiere celebrar este aniversario con una Eucaristía que tendrá el domingo 31 de agosto 2025 a las 20 horas, en su iglesia conventual.

¡Estamos todos invitados! Además, para vivir en profundidad dicha efeméride, las Monjas Mínimas de Archidona (Málaga) nos remiten también este breve artículo:

El 29 de agosto de 1800, en el antiguo Monasterio de Jesús María del Socorro de Archidona, una joven de 31 años pronunciaba sus Votos Solemnes en la Orden de los Mínimos de San Francisco de Paula. Se llamaba María del Socorro Astorga Liceras, y aquel día su vida quedó definitivamente consagrada a Dios. Hoy, al cumplirse 225 años de aquel acontecimiento, la Iglesia y el pueblo de Archidona recuerdan con gratitud su memoria y su legado espiritual.

Un tiempo de contrastes

La vida de Madre Socorro transcurrió en una época de grandes luces y sombras. España vivía cambios políticos y sociales profundos, mientras que la vida religiosa, aunque probada por dificultades, ofrecía a muchos un refugio de fe y esperanza. En este contexto, ella eligió el
camino de la vida escondida en Cristo, abrazando con firmeza el ideal de humildad y penitencia propio de los hijos de San Francisco de Paula.

Una vida entregada a Dios 

Madre Socorro destacó por su sencillez, docilidad al Espíritu y amor ardiente a Cristo. Dejó escrita una autobiografía y escritos espirituales, en los que se transparenta la hondura de su vida interior y el estilo místico con que vivió su vocación. Sus palabras reflejan una confianza absoluta en Dios y una serenidad que ni las pruebas ni las contradicciones pudieron quebrar.

Actualidad de su mensaje

Al recordar hoy los 225 años de su Profesión Religiosa, no se trata solo de un aniversario histórico. La figura de la Sierva de Dios sigue siendo fuente de inspiración para las generaciones actuales, invitando a redescubrir el valor de la fidelidad y la entrega total. Su causa de beatificación, abierta en la Iglesia, quiere poner de relieve el testimonio de una mujer que, desde la clausura, se convirtió en faro de esperanza para todos.

Una celebración de fe y gratitud

La comunidad de Monjas Mínimas de Archidona, heredera de su espíritu, quiere celebrar este aniversario con una Eucaristía que se tendrá el Domingo 31 de agosto a las 20 horas en su iglesia conventual. La vida de Madre Socorro, humilde y escondida, resuena hoy como una llamada actual a vivir desde Dios, con sencillez y confianza.

Como escribió san Juan Pablo II a los consagrados: «Vuestra vida escondida con Cristo en Dios hace presente en el corazón de la Iglesia y del mundo los valores del Reino futuro». Eso fue lo que vivió Madre María del Socorro hace 225 años, y lo que la Iglesia celebra con esperanza en este tiempo de gracia.

31/5/25

APERTURA DEL AÑO JUBILAR EN EL TEMPLO EXPIATORIO DE LAS MM. MÍNIMAS DE MORA D´EBRE (TARRAGONA)

 


El sueño de la Venerable M. Filomena Ferrer O. M. (1841-1868) de erigir un templo expiatorio en honor al Sagrado Corazón de Jesús terminó cumpliéndose el 5 de junio de 1925 cuando el obispo de Tortosa, Mons. Bilbao, procedió a su bendición. 

Desde entonces, la comunidad de MM. Mínimas allí radicada en 1894, procedentes del monasterio de Valls, siguen elevando sus oraciones en reparación, expiación y desagravio.

Cumplido el centenario la Santa Iglesia ha concedido un año jubilar que se extenderá desde el 30 de mayo de 2025 al 5 de junio de 2026 por la que todos los que hasta allí peregrinen pueden lucrar la indulgencia plenaria cumplidas las condiciones pertinentes (confesión y comunión en los días previos o posteriores, rezar el Credo y un Padre Nuestro, Avemaría y Gloria por las intenciones del Papa).


Con una solemne eucaristía, presidida por el obispo Mons. Sergi Gordo y en la que se hizo presente la Fraternidad Mínima Seglar de Alaquàs (Valencia) en la figura de su corrector y esposa, quedó inaugurado este año de gracia en la historia de la Iglesia en general y de la Orden de los Mínimos en particular. 

Desde esta web agradecemos a Francisco Martínez, corrector de la fraternidad, por compartirnos las imágenes del evento.



Por último, compartirles la entrevista que la cadena SER ha realizado a la M. Inmaculada, correctora de la comunidad.

25/5/25

NUEVO CANAL DE WHATSAPP


Búscanos como SAN FRANCISCO DE PAULA - MÍNIMOS EN FAMILIA.

Entre más miembros seamos y a cuantas más personas lo difundamos a más público llegará el conocimiento del mismo dado el algoritmo propio de esta red social. 

Recuerda que participar en él no conlleva, en ningún caso, que se compartan tus datos personales (número de teléfono, nombre, etc.), pues sólo es un medio para recibir información y contenidos relacionados con el carisma.

Por supuesto, al canal se pueden unir y abandonarlo cuantas veces lo deseen con un solo click.

¡Ayúdanos a dar a conocer a nuestra querida Orden de los Mínimos allende los mares!

Gracias por vuestra colaboración.


8/5/25

HABEMUS PAPAM



V. Oremos por nuestro Papa León XIV

R. Que el Señor lo guarde, le dé larga vida, lo haga santo en la tierra
y no lo entregue a la voluntad de sus enemigos.

Padre nuestro. Ave María. Gloria.


OREMOS

Dios nuestro, pastor y guía de todos los fieles,
mira con bondad a tu siervo León XIV,
a quien constituiste pastor de tu Iglesia.

Te rogamos que lo sostengas con tu amor,
para que, con su palabra y su ejemplo,
conduzca al pueblo que le has confiado,
y llegue junto con él a la vida eterna.

Por nuestro Señor Jesucristo.

Amén.


4/5/25

IBSISSIMA VERBA (O CASI) DE SAN FRANCISCO DE PAULA SEGÚN EL ANÓNIMO

San Francisco de Paula - Telde (Gran Canaria)

[A un cardenal por las calles de Roma] “Los apóstoles de Jesucristo no iban con tanto boato” (II, 4).

[Como ermitaño] “Allí permaneció mucho tiempo como única mansión, ayunando, orando y disciplinándose” (III,1).

[El obispo de Consenza] “Además, le autorizó a recibir y vestir con su sayal eremítico a todos aquellos que santamente lo desearan y a darles una norma de vida” (III, 3).

[A los que le ayudaban en la construcción del convento de Paula] “Les recomendaba observar el sacramento del matrimonio y les dirigía muchas exhortaciones” (IV, 1).

[A los que vestían su sayal] “A ellos les dio una norma y un modo de vivir en pobreza, castidad y obediencia, observando vida cuaresmal por todo el tiempo de su vida” (IV, 2).

[Con respecto a la mujeres] “De manera especial recomendaba a sus religiosos que las evitaran como si de serpientes se tratara, sobre todo a las religiosas y a las que ostentan devoción, y solía decir que las mujeres y el dinero llevan a la concupiscencia e inflaman a los siervos de Dios” (IV, 3).

[Con respecto a un horno de cal] “Mandó a todos que se fueran a comer (…). “Echad, echad leña al horno” (V, 1).

[Sobre una cervatilla] “Y prohibió absolutamente a los presenten que la tocasen” (V, 3).

[A Antonio de Donato por ¿un incendio? en el valle] “Por caridad, vuelve a tu habitación” (V, 4).

“Mientras él oraba, el mudo recuperó instantáneamente el habla. Cuando amaneció, lo envió con sus padres a casa” (V, 5).

[De las avispas durante la construcción del convento de Paula] “Y mandó a los religiosos que se alejaran” (V, 6).

[Con unos pescados que le habían obsequiado] “Has llegado justo en el momento oportuno. Vamos los dos a lavarlos para ofrecérselos al Señor” (VI, 1).

[A fray Baltasar de Spigno] “Y el buen Padre le respondió que freía el pescado para dárselo a él” (VI, 2).

[Sobre un fugitivo asesino refugiado en el convento] “El buen Padre encomendó a sus religiosos que le cuidasen bien” (VI, 3).

[Al franciscano Antonio Scozzetta] “¡Caliéntate, hermano! Es necesario que se cumpla la voluntad de Dios” (VI, 4).

“No había persona que se llegase a él en busca de consejo o por cualquier aflicción que no volviese confortada, contenta y satisfecha de las respuestas que de él hubiese recibido” (VII, 1).

“Con sus hermanos religiosos era terriblemente exigente reprendiéndolos como con cara de león. (…) Sin embargo a los ausentes, si alguien les acusaba, aunque fueran culpables, trataba de excusarlos (…). Amonestaba con palabras dulces y buenas razones a los culpables. Amaba a sus perseguidores más que a los demás, dedicándoles palabras de afecto” (VII, 2).

“Nunca hablaba mal de nadie; antes bien, cogía ojeriza y reprendía severamente a quienes, gustosos, escuchaban a los detractores. (…) excusando a aquellos de quienes se hablaba mal” (VII, 3).

“En todas sus obras tenía en sus labios la palabra “caridad”, diciendo: “Hagámoslo por caridad; vayamos por caridad” (VII, 4).

“El buen Padre le preguntó si había vino en el frasco. (…) Entonces el buen Padre le dijo: “Por caridad, dámelo” (VIII, 1).

[En su celda por largo tiempo] “Pero una vez empezaron a romperla [la puerta], el buen Padre dio señales de que no estaba muerto” (VIII, 3).

[De un hombre imposibilitado en litera] “Habló con el buen Padre, y apenas abrió éste su boca, al instante se encontró perfectamente curado” (VIII, 6).

“Lleva esto a la sorda y ésto, a la otra”. Y después añadió el buen Padre: “La sorda curará, pero después enfermará de nuevo del mismo mal; no obstante, al cabo de breve tiempo recuperará la salud; la otra, en cambio, no se podrá curar porque no tiene fe” (VIII, 7).

[De una abortera en Corigliano] “Sepas que aquella mujer ha cometido muchos delitos”. Poco después la mujer fue a hablar con el buen Padre, quien le dijo severamente: “¿No te bastan aún los delitos cometidos, que todavía quieres cometer más?”. Y reprendiéndola duramente, le dijo: “Por caridad, anda a confesarte” (VIII, 8).

[A un enfermo de un lugar entre Messina y Milazzo] “Y le enviaron una candela bendecida por el buen Padre” (IX, 1).

[A una señora mayor estéril] “Anda, vuelve a casa, que Dios proveerá” (IX, 3).

[A un religioso mordido por una serpiente] “Hemos recibido de Dios el privilegio por el que ninguna serpiente ni ningún veneno puedan hacernos daño” (IX, 6).

[Al marino maese Santo de Lochin, mordido por una serpiente] “Cuando la vio el buen Padre, vendó el dedo con corteza de retama y después le dijo: “Anda, vete” (IX, 7).

“Está fuera de duda que más de veinte años antes de ir a Francia el buen Padre ya dijo muchas veces a sus religiosos (entre los que me encontraba yo N. N.) que tendrían que ir a un país lejano cuya lengua no entenderían, ni aquéllos la suya. (…) Respondió: “¡Se ha de cumplir la voluntad de Dios!”. (…) Repetía esto tan a menudo que los religiosos se reían considerándolo un sueño” (IX, 9).

[Cuando se dislocó el fémur en un accidente construyendo el convento de Paula] “Por caridad, es necesario que el hermano cuerpo permanezca así por espacio de treinta o cuarenta días” (X, 1).

[A los obreros cuando se accidentó un carro de materiales durante la construcción del convento de Paula] “Por caridad, id a comer y después volvéis” (X, 2).

[Sobre una carbonera cercana al convento de Paula] “En seguida ¡echa tierra aquí encima! (…) El buen Padre mandaba preparar el carbón que servía al herrero” (X, 3).

[A un joven acusado de comerse unas brevas] “Haz tú lo mismo [meter las manos en lejía]; si no te has comido las brevas, no te quemarás como no me quemo yo” (X, 4).

[Mientras residía en el convento de Paterno] “Y llamó para pedir fuego. (…) y mandó a fray Pedro que devolviera los palos de pino [se llevó las brasas con sus propias manos] (X, 5).

[Un religioso] “Se le apareció dos veces en sueños y, despertándole, le dijo: “Vete a decir a tu madre y a tu padre que cumplan el voto que ellos hicieron por ti y que no lo demoren más” (X, 6).

[Cuando iba a ser arrestado por las tropas del Rey de Nápoles] “Por caridad, si ésta es la voluntad de Dios, me arrestarán, si no, nadie podrá hacernos mal alguno”. (…). Éste le acogió afablemente [al jefe de la galera] diciéndole que la fe del Rey era bien poca y que de nada serviría que él se presentara ante el Monarca. Después le dio algunas candelas: una para el Rey, otra para la Reina, otra para el Duque y otra para la Duquesa, amonestándoles severamente que no se enmendaban, Dios les castigaría” (X, 8).

[Invitó a comer al jefe de la galera] “El mismo buen Padre mandó traer vino, precisamente en una jarra, de las que se usan en Francia (…). Además mandó el buen Padre darles dos pequeñas tortas” (X, 10).

[Con una muchacha poseída] “El buen Padre le preguntó: “¿Quién eres?”. Él respondió: “Somos ciertas legiones especializadas”. El buen Padre le preguntó de nuevo: “¿Dónde están tus secuaces?”. Y el diablo le respondió: “En este bosque cercano, donde casi siempre se ve una bandada de cuervos”. Intervino de nuevo el buen Padre: “¿Adónde van?”. Replicó el diablo: “Los han enviado a destruir diferentes regiones de Italia”. “Y ¿quién les estorba en este proyecto?”, preguntó el buen Padre. El diablo repuso: “Nada pueden hacer mientras tú estés aquí; tu gran humildad se lo impide. Pero cuando tú marches, en seguida, lo llevaremos a cabo”. Aún le preguntó el buen Padre: “¿Quién te ha dado tanta osadía y tanta presunción para invadir y tener bajo tu dominio a esta pobre criatura de Dios?”. El diablo replicó: “No la he buscado yo; fue tras de mí y me metí en su cuerpo, lo cual me resulta tan agradable que no puedo salir de él”. Entonces el buen Hombre de Dios increpó al diablo diciendo: “Márchate, por caridad, y deja en paz a esta pobre hija”. A lo que el diablo le preguntó: “Y ¿dónde quieres que vaya?”. “Anda -dijo el buen Padre-, marcha al lugar que te has merecido desde la creación”. “Está bien -repitió el diablo-, me marcharé dentro de tres días”. “No -dijo con energía Francisco-, ahora mismo, debes irte, y no nos hagas perder más tiempo”. “Bueno, asintió el diablo, saldré por los ojos y me llevaré uno”. “No -interpuso rápidamente el buen Padre-, te prohibo hacer mal alguno a esta criatura de Dios”. Entonces añadió el diablo: “Bien, pues ¡dame alguna cosa!”. El buen Padre dijo entonces a un religioso que le ofreciera algunas ampollas de cristal. Pero el diablo no quería salir y por eso entretenía al buen Padre en vana conversación. Finalmente el buen Padre cogió a la muchacha por los cabellos y, dando la impresión de estar airado, mandó al diablo con gran energía que saliera del cuerpo. Y al instante el diablo obedeció, dejando a la pobre muchacha casi exánime. EL buen padre la reanimó y le dio de comer y de beber; y volvió a casa completamente curada (XI, 1).

[Con otra muchacha poseída] “Entonces el buen Padre mandó a dos religiosos para que conminaran a los demonios a alejarse de aquella pobre hija, y que no volvieran a molestarla, ya que así lo mandaba el Hombre de Dios. (…) Otros muchos poseídos obtuvieron la curación por las oraciones del buen Padre” (XI, 2).

[Con un mudo] “Permaneced aquí con vuestro hijo hasta que las candelas se hayan consumido”. Después el Padre se entregó a la oración” (XI, 3).

[Con un pariente suyo al que su madre impedía ser mínimo] “El buen Padre pidió lo llevaran a la Iglesia del convento para sepultarlo allí y así se hizo. (…) en el momento en el que los religiosos iban a depositarlo en la tumba, hacia el atardecer, el Padre lo impidió, y mandó que todos se retiraran a sus celdas. (…) durante la noche Dios lo resucitó por las oraciones del buen Padre. (…) “Si vieras a tu hijo con vida ¿le consentirías que se hiciese religioso?” (…) Entonces el buen Padre le dio un hábito al resucitado y lo acompañó a la iglesia (XI, 5).

[Resucita a un obrero muerto por una viga en las obras del convento] “Entonces el buen Padre después de consolarlos, les mandó que se fueran, y se quedó él solo (XI, 6).

“Un orfebre de Grenoble me contó que había visto el manantial que el buen Padre, con sus oraciones, había hecho brotar” (XII, 4).

“El Hombre de Dios entró a rezar en una iglesia; tanto tardaba que, cansado el enviado, mandó a algunos que le hicieran salir. (…). En efecto, poco después, concluidas sus oraciones, encontraron al buen Padre delante del altar mayor, por donde habían pasado tantas veces buscándolo” (XII, 5).

“Al atravesar la Provenza por el Delfinado y los territorios de Vienne y de Lyon, muchas personas recobraron la salud mediante sus oraciones” (XII, 6).

[Con los regalos del rey francés] “Lo devolvió todo, sin reservarse nada; más aún, encargó decir al Rey que era mejor que restituyera el bien ajeno, antes que hacerse labrar tales objetos de oro y plata; y que no era propio del estado religioso eremítico el uso de vasos de plata; quería le enviase nada más que tasas de madera” (XII, 6).

[Con nuevos regalos del rey francés, incluida una imagen de oro de la Virgen] “Pero el buen Siervo de Dios se la devolvió manifestándole que su devoción no se fundaba en el oro o en la plata, sino sólo en la Virgen, que reina en el cielo con su divino Hijo. Dijo al enviado del Rey que ya tenía una estampa de papel y que esa le bastaba. (…). Pero buen Padre negándose [el rey insiste hasta tres veces], recordaba al Rey que ya tenía sus propios limosneros, distribuyera de sus limosnas según su criterio” (XII, 7).

[El rey mediante uno de sus médicos le ofrece un birrete lleno de escudos] “Pero el buen Padre, guiado siempre por el Espíritu Santo, rehusó aceptar aquellas monedas, como si se tratara de estiércol; y añadió con voz firme: “Señor, restituya estos escudos de oro a quien los habéis sustraído antes” (XII, 8).

[Al rey de Francia] “El buen Padre nunca la consintió, ni para él ni para su compañero, sintiéndose ya satisfecho con una pocas sardinas. (…). Tanto se arrepintió de sus pecados, que se despojaba den presencia del buen Padre para darse ásperas disciplinas. Esto le realizaba, en cierto modo, tras el consejo del buen Padre (XIII, 1).

[La familia real] “Todos ellos los encomendó al Siervo de Dios, suplicándole que orase a Dios por ellos. Así lo hizo Francisco, que fue muy solícito en mantenerlos en el temor de Dios” (XIII, 2).

[Al rey francés Carlos VIII] “y pedía frecuentes consejos sobre sus asuntos al Hombre de Dios” (XIII, 2).

“Mucho antes de la destrucción de Bretaña, el Hombre de Dios preanunció semejante acontecimiento y procuró evitarlo en cuanto pudo. A tal fin interpuso sus buenos oficios para concluir el matrimonio del duque de Bretaña enviando a dos religiosos con sendos mensajes para el Rey y para el Duque. (…). Mas aunque por entonces el buen Padre vio frustrados sus esfuerzos, con todo añadió: “El Rey se casará con la hija del Duque de Bretaña”. Y así fue. (…). Muy pronto fue ésta con el Rey a visitar al buen Padre. “Demasiado tarde se ha celebrado vuestro matrimonio” -les dijo-, con todo, predijo a la Reina que tendría tres hijos y una hija, que realizarían cosas grandes si el Rey y la Reina observaban la santa ley de Dios. Pero añadió también que si no la observaban, Dios arrancaría esta vid con todos sus sarmientos” (XIII, 3).

[De la batalla de san Alvino] “Se cree piadosamente que el Rey consiguió la victoria por las oraciones del buen Padre” (XIII, 4).

[En el conflicto de Fornay] “Píamente se cree que el buen Padre orase con todo el afecto a Dios por el Rey, para que lo librase de las manos de los enemigos que le perseguían a muerte” (XIII, 5).

[En el momento de presentar la Regla para su aprobación] “En la que prescribía a sus religiosos la abstinencia de carne (…). E hico que dos frailes se preparan para acudir ante el Papa Inocencio VIII a fin de que aprobara la Regla (…). El buen Padre revocó dicho viaje. Es que Dios le había revelado que su primera intención, esto es, aquella de prescribir a sus religiosos la vida cuaresmal, era, sin duda, buena” (XIII, 7).

[Durante una grave enfermedad del santo le aconsejan recibir la Comunión] “Pero el buen Padre dijo: “¡No os preocupéis, el próximo jueves (día en que se consagra el santo crisma) comulgaremos todos” (XIII, 9).

[A la Señora de Bourbón estéril] “Señora, no se preocupe por eso; antes de que yo me vaya de Francia, tendrá un hijo”. En otra ocasión el buen Padre escribió a dicha Señora: “Señora, sea asidua en dar gracias al Rey de Reyes, que dentro de poco dará luz a un hijo”. Entonces dije yo al buen Padre que era peligroso escribir en esos términos, ya que si tal promesa no se verificaba sería un escándalo para la Orden. Pero el buen Padre añadió: “Dejemos a Dios obrar por su cuenta” (XIII, 10).

[La Reina Ana enferma] “Se encomendó a las oraciones del buen Padre, quien le envío tres manzanas” (XIII, 11).

“Ocultaba su santidad aquel santo Hombre ofreciendo a los enfermos pan bendecido y candelas bendecidas; con esto y mediante sus oraciones y el auxilio de Dios que le asistía, sanaban completamente. Hay que subrayar no obstante, que cuanto Francisco encomendaba a los enfermos era precisamente lo opuesto al arte médica. Esto era así para que al sanar reconocieran que Dios es el médico supremo tanto del alma como del cuerpo” (XIII, 12).

[A la hermana de fray Mateo] “El buen Padre le envío algunas hierbas secas por medio de fray Mateo” (XIV, 8).

[Una mujer en Amboise habiendo perdido los sentidos] “Éste le hizo recitar el Padrenuestro y el Credo, y al día siguiente la halló curada” (XIV, 9).

[El obispo de Grenoble] “Con no poca dificultad se abrió a él y le confió sus penas. Hecho esto salió de allí consolado” (XIV, 11).

[Al cardenal Ascanio] “El buen Padre le encomendó que tuviera esperanza y confiara en el Señor, que aceptase con santa resignación cuanto le había sucedido, ya que en breve conseguiría la libertad” (XIV, 14).

20/4/25

¡FELIZ Y MÍNIMA PASCUA DE RESURRECCIÓN!


ORACIÓN

Jesús resucitado, gracias por amarnos hasta el extremo haciéndonos partícipes de tu Pascua. En la alegría de tu resurrección, como san Francisco de Paula, sentimos la fuerza renovadora de tu amor que nos llama a la vida nueva y eterna desde la conversión y la penitencia.

Te pedimos que tu amor siga impulsándonos a vivir como tú viviste, entregándonos a los demás. Que nuestros ojos sepan ver las necesidades materiales de los que nos rodean: el hambre, la sed, la falta de hogar, la enfermedad, la prisión, la muerte; y que nuestro corazón sea sensible a las heridas del alma: la ignorancia, el error, la duda, la tristeza, la ofensa, la debilidad.

Concédenos la gracia de no frustrar en nosotros tu gracia, de responder a cada necesidad con gestos concretos y sencillos de amor: compartir nuestro pan y nuestra agua, ofrecer nuestro abrigo y nuestro hogar, visitar y acompañar, consolar y honrar. Danos la sabiduría y la paciencia para guiar, corregir, aconsejar, alentar, perdonar y soportar, llevando así tu paz a cada encuentro. 

Ayúdanos a que nuestra vida sea muestra de una profunda fe, de una ardiente caridad y de una esperanza confiada en oración y testimonio constante de tu misericordia viva y transformadora. Amén.

12/4/25

SIERVA DE DIOS MADRE Mª DEL SOCORRO ASTORGA LICERAS O. M. (1769 -1814)




La comunidad de MM. Mínimas de Archidona (Málaga) pone a la disposición de todos los interesados la reciente estampa oficial creada para promover la causa de beatificación y canonización de su hermana Madre María del Socorro, así como un pequeño libreto con su biografía y noticias sobre la evolución del proceso. Pueden acceder y descargarlo en este enlace, agradeciéndoles de antemano que no dejen de difundirlo allá por donde crean conveniente.

Estampita y biografía de la Sierva de Dios Madre Mª del Socorro Astorga Liceras (1769 - 1814)



3/4/25

CCXI ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE MADRE Mª SOCORRO



Con motivo del CCXI Aniversario del tránsito de Sor Mª Socorro se llevaron a cabo varios actos en la ciudad de Archidona (Málaga) con la que la comunidad de MM. Mínimas ha querido solemnizar dicha efeméride que en este año se encuadra con su proceso de beatificación ya en su fase romana.

Así, el pasado domingo 30 de marzo, tuvo lugar una lectura poética de una cuidada selección de los escritos de Sor Mª Socorro que pueden revivir en los siguientes vídeos (además de las fotografías):


También en el archidonense Monasterio de MM. Mínimas tuvo lugar, al día siguiente, lunes 31 de marzo, aniversario de su fallecimiento, una solemne eucaristía en acción de gracias que pudieron seguir en streaming todos aquellos que así lo desearan mediante el canal que en youtube tiene la comunidad (y que les enlazamos por la variedad de vídeos e informaciones con que nos obsequian las hermanas).

Monjas Mínimas Archidona 


El sacerdote que presidió la misa concelebrada glosó durante su homilía las virtudes de la que todos deseamos ver pronto elevada a los altares si es la voluntad de Dios, hecho que, nos decía el sacerdote, no es lo fundamental, tarde más años o menos días, pues lo importante es lo inspiradora que fue la vida de nuestra hermana para ayudarnos a seguir caminando "de bien en mejor" como cristianos comprometidos y, esa realidad, es la que debe a sentirnos desde ya felices y agradecidos.

Terminada la misa, las MM. Mínimas invitaron a todos los presentes a un pequeño brindis festivo en el locutorio agradecidas por el cariño que siempre les han mostrado archidonenses y foráneos.


Nuestro agradecimiento a D. Andrés Ramos Ayala por la reseña de los mencionados actos que extractamos a continuación: 

"En los albores del siglo XIX, en una España convulsa e inmersa en ideas surgidas debido al nacimiento de las democracias censitarias y el ocaso de las monarquías absolutas; la Revolución francesa y la posterior era napoleónica ayudarían a expandir las ideas republicanas y liberales, bajo el reinado de Fernando VII, llamado «el Deseado» y «el rey Felón», quedando España un tanto rezagada respecto a la revolución industrial naciente e inmersa aún en una economía fundamentalmente agrícola, surge en Archidona una figura de especial relevancia espiritual.

Esta ciudad no queda al margen de los acontecimientos y líneas futuras que ya se dibujan en quienes sueñan con ser europeos. El último año del siglo anterior, el 28 de Agosto del 1799, tras un largo e intenso proceso de crecimiento y discernimiento espiritual, ingresa en un rincón de paz, serenidad y quietud como es el monasterio de Monjas Mínimas, Madre María del Socorro Astorga Liceras, quien, tras muchos sufrimientos por varios procesos patológicos de cierta gravedad, decide y logra formar parte de dicha comunidad y allí encuentra el camino para desarrollar su labor social, espiritual, de perfección y discernimiento vocacional enfocado a un profundo misticismo que, analizado en profundidad entronca con lo más granado de la mística del siglo XVI en España.

Viéndose abocada, por solicitud de su confesor, a escribir un diario de su sentir espiritual, encontramos numerosos escritos donde expone este sentir, vivir y deseo de fundirse en un todo con su amado el Altísimo. Escritos que, por diferentes circunstancias, han sido celosamente guardados y protegidos por las monjas del monasterio pasando como legado reverencial y esperando el momento de salir a la luz para el conocimiento, uso y dirección espiritual de muchos.

Es en estos tiempos cuando ha llegado ese momento largamente esperado y deseado por las Monjas Mínimas y por numerosos devotos que acuden a ella, cuyos restos reposan en la cripta del monasterio y son objeto de visitas diarias por todos ellos para pedir su intercesión ante Dios. Una monja archidonesa que murió en olor de santidad y a la que, al fin, se le ha iniciado el proceso de beatificación, habiendo pasado ya la parte diocesana y encontrándose en fase romana como final de tan ansiado día en que podamos ver cómo es declarada beata.

Por ello, en el aniversario de su subida al Cielo, el pasado 31 de Marzo 2025, se unieron el trabajo y la colaboración de la comunidad de Monjas Mínimas y el grupo de Amigos de Madre María del Socorro para difundir aún más su figura, espiritualidad y legado que nos dejó, escritos que podemos encontrar en dos libros editados y a la venta tanto en el torno de monasterio como en su página web.

Fue el domingo 30 de marzo cuando se realizó un acto donde se mostraban textos adaptados de Madre María del Socorro y musicalizados por el coro de monjas, cancionero que podemos encontrar en el CD editado con la interpretación magistral de las mismas por el citado coro, e interpretado ese día junto a la rapsodia de las estrofas; mostrando un camino espiritual y cuaresmal como base y horizonte hacia Dios de la espiritualidad Mínima.

Posteriormente, el lunes 31 se ofició una solemne Eucaristía, como culmen de la celebración de este aniversario de la subida al Cielo de la Sierva de Dios y seguidamente las Monjas invitaron a los fieles a una convivencia fraterna, donde se pudo degustar las delicias de dulces de cuaresma que la comunidad elabora y vende a través del torno del convento y son la base de su sustento.

Sea esta reseña una invitación a conocer a tan insigne figura, descubrir una mística archidonesa aún por ver la luz y ser objeto de estudios que nos clarifiquen el camino de perfección que tanto ansiaba y al que nos invita desde lo más profundo de su ser".

26/3/25

MEDITACIÓN CUARESMAL

LA CUARESMA COMO MENSAJE ACTUAL

Jesús nos interpela por la parábola de la higuera como un signo de los tiempos. «Tú llevas una vida estéril, no das fruto, vives por vivir y tus días van pasando uno tras otro sin pena ni gloria, mientras que la vida es breve y consiste en dar fruto de buenas obras. Los dones que has recibido no pueden ser enterrados ni quedar en barbecho”.
La reacción adecuada a esta interpelación se llama conversión. Esta palabra es una urgencia desde el comienzo del evangelio y se dirige en cuaresma a todos los bautizados especialmente. La conversión no tiene que ver sólo con los convertidos sonoros y sonados: Pablo, Agustin..., o con los paganos que primero se convertían y luego se hacían bautizar. 
La conversión es una radical orientación de la vida a Dios. El diccionario de teología la define: total orientación del hombre hacia Dios y su alejamiento radical de todo lo que de Él le aparta. La conversión abarca a todo el hombre, toda su personalidad, su pensar y querer interior, lo mismo que su actuar exterior. La conversión es una dinámica que nos dispara hacia adelante liberándonos de la vulgar mediocridad.
Tal decisión radical es necesaria. Jesús nos urge a ella bajo riesgo de correr la misma suerte de los galileos ajusticiados o de la higuera arrancada de raíz. Una vida sonriente de buenos resultados no excluye en modo alguno la necesidad de conversión. Jesús no relaciona pecado con castigo, como la superstición popular, aunque tampoco lo desconecta. No existe relación directa entre pecado y calamidades naturales, como tampoco entre santidad de vida y prosperidad material. Las leyes naturales no hacen excepciones. Las causas segundas obran con absoluta amoralidad, pero por todo acontecimiento dirige Dios su voz con el apremiante mensaje de estar preparados con los frutos en la mano. Lo contrario es exponerse a perecer. Esta es la penitencia y conversión que se pide.     
En Cuaresma se ha acentuado mucho más el aspecto negativo de renuncia que el positivo de preparación y enriquecimiento. La nueva disciplina permite sustituir algunas privaciones por acciones positivas. Y con acierto. Lejos de ser un empobrecimiento, la conversión y penitencia cristiana son un enriquecimiento de la personalidad, una condición de equilibrio. 
El hombre espiritual emerge con sus exigencias por encima del puramente animal, el espíritu domina la materia y el orden nace del caos de las tendencias inoperantes. Es al mismo tiempo una plenitud, la cual no existe sin algo de renuncia al egoísmo, como la viña podada para que pueda llevar más fruto (Jn 15). Y es también un signo de liberación. Nadie puede ser libre si no es dueño de sí mismo (Matías Claudius). La penitencia lleva al autodominio por el que se puede vivir sin estar esclavizado a nada. Al igual que la verdad, también la penitencia nos hace libres (Jn 8, 32). La práctica del deporte con sus exigencias comprueba abundantemente esta tesis. 
La reflexión de la Cuaresma consiste en ver dónde se está y cambiar lo que debe ser cambiado. Es posible la superficialidad religiosa que ignora su verdadera situación ante Dios. Las carteleras cuaresmales con invitaciones a oír la palabra de Dios pueden ser un signo, como el de la higuera o el de los galileos ajusticiados, por el que Jesús tiene un mensaje que dirigir a todos.

Agradecemos al P. Victoriano García, delegado de la Orden de los Mínimos en España, por obsequiarnos con esta meditación cuaresmal.