Aproximación histórica
al inicio de la devoción a San Francisco
de Paula
en la isla de Gran Canaria
1613
En la capilla de San Jerónimo de la Catedral de Canarias se
venera un cuadro de San Francisco de Paula, lienzo de cuya existencia sabemos
por el inventario que de la misma se realiza el 9 de enero de 1620. Esta
capilla la concedió el Cabildo Catedral para su dotación y cuidados, al chantre
de la Catedral D. Jerónimo Álvarez Segura, que se ayudó en tal misión de sus
hermanos Gregorio de Álvarez y Agustina de Ayala. Esta capilla quedó
desmantelada en 1966 para acoger el órgano de la Catedral.[i]
1649
El Cabildo catedralicio concede otra de las capillas de la
Catedral al canónigo D. Juan Fernández de Oñate que desde el 7 de abril de 1649
se hace cargo de la misma dedicándola y consagrándola a la Inmaculada
Concepción y a San Francisco de Paula, colocando solemnemente en ella dos
lienzos de los titulares. Aún hoy esta capilla está así intitulada, siendo de
las contadas catedrales del mundo en tener una capilla dedicada al santo paulano.[ii]
1654
En el Convento de Santa María la Antigua, en la ciudad de
Telde, D. Alonso Álvarez de Miranda y Quiñones, sobrino del sacerdote Miguel
Álvarez de Miranda, se hace cargo de la dotación y cuidados de una capilla que
desde 1652 se construía en el claustro del cenobio franciscano. Esta queda
dedicada a San Francisco de Paula según escritura del 31 de marzo de 1654.[iii]
La devoción al santo paulano, curiosamente en el convento
franciscano que no mínimo, pudo ser traída por el Regidor de la Isla de Gran
Canaria, D. Luis de León Cárdenes Fullana. Éste manda en su testamento de 20 de
mayo de 1653 que el Lcdo. D. Marcos de León Tamariz, canónigo de la Catedral, costee
en la isla de Tenerife una talla del santo paulano para que se ponga en el
altar mayor de la iglesia conventual o en otro lugar que juzguen digno.
No queda claro si convivieron dos imágenes del santo, una
en la iglesia y otra en la capilla claustral del convento, o si, por el
contrario, atendiendo a las fechas, la capilla erigida en el claustro no es
sino el lugar “juzgado como digno” por los franciscanos en respuesta a la dicha
manda testamentaria.
En la actualidad el claustro no existe por la
desamortización, en la iglesia conventual no hay talla, lienzo o referencia
alguna al santo paulano y la pista documental de la talla citada llega hasta
1954, última vez que la cita el párroco de la iglesia de San Juan Bautista de
Telde –a la que quedó acogida la conventual tras la desamortización- como
estante entre el ajuar de la misma.[iv]
Sin embargo, con la recolección de fondos que hizo la Diócesis para la inauguración del Museo Diocesano de Arte Sacro de Las Palmas de Gran Canaria, de la basílica de San Juan de Telde, junto con la imagen de mármol de San Sebastián de su extinta ermita, se llevó la de San Francisco de Paula. Ésta, en la actualidad, forma parte de la exposición permanente del Museo Diocesano de Arte Sacro de la localidad de Teguise (Lanzarote), siendo atribuida por Alonso Morales, al imaginero y dorador tinerfeño Blas García Cabrera que a la sazón realizaba varios trabajos en la isla de Gran Canaria y el convento franciscano de Garachico.
1704
Ruega el bachiller y presbítero D. Alonso Espinosa Peraza
en su testamento de 19 de abril de 1704 al Capitán Luis Romero Jaraquemada, que
en su hacienda de San Francisco de Paula, en las cercanías del Monte Lentiscal,
termine de construir la ermita al santo paulano cuyas obras ya ha iniciado.[v]
En la actualidad todo un barrio del municipio capitalino de
la isla lleva el nombre del santo, al levantarse en los terrenos de dicha
hacienda, pero no queda rastro de la ermita. ¿Se terminó de erigir? No lo
sabemos, como tampoco si esta es la ermita a la que se refieren en 1737 como
“ermita de San Francisco de Paula del Monte Lentiscal” cuyo patrón en 1849 era
el coronel del ejército y comandante provincial del Guía, D. Francisco María de
León y Falcón.[vi]
1733
Y es que también en las cercanías del Monte Lentiscal, pero
ya en La Atalaya, barrio del municipio de Santa Brígida, se construyó la ermita
de la Inmaculada Concepción y San Francisco de Paula que todavía sigue en pie.
Esta fue costeada, dotada y cuidada por la Dignidad de la Catedral, D. Luis
Fernández de Vega, a partir del 19 de mayo de 1733. Hay constancia de que se
acudía en rogativa al santo paulano en esta ermita para que enviara lluvias
beneficiosas para las cosechas.[vii] En la
actualidad esta ermita se encuentra sin culto y cerrada, pues es propiedad
privada aunque fuera declarada Monumento histórico artístico del pueblo en
1979.
1915
Las
Religiosas Adoratrices del Stmo. Sacramento y de la Caridad, fundan en la
capital de la isla. Ellas son portadoras del amor al santo paulano que
profesaba su fundadora, Santa María Micaela, que acudía a él en las necesidades
más acuciantes de la administración de su obra.[viii] Así, aún
hoy, entre dichas religiosas se sigue dando a conocer la devoción al santo
paulano desde su capilla, la ermita de Ntra. Sra. de los Reyes de Vegueta.
Para terminar, como posible explicación del arraigo de la
devoción a San Francisco de Paula en Gran Canaria, sólo saben plantear algunas
hipótesis desde los pocos datos que se han podido plantear hasta aquí y las
crónicas mínimas consultadas.[ix]
En principio, es evidente que la devoción al santo paulano
en la isla nace con el siglo XVII, durante el cual alcanza su apogeo, y
comienza su declive ya en el siglo
XVIII. Coincide, curiosamente, con el apogeo y declive de los Austrias en
España. Así, cabe recordar que entre las princesas y reinas Austrias la
devoción al santo para conseguir quedarse embarazadas y dar a luz
satisfactoriamente fue tal, que algunas como Isabel de Valois o Mariana de
Austria se rodearon de confesores mínimos y vistieron el cordón mínimo como
terciarias en agradecimiento a los favores recibidos.[x]
Esta “moda devocional” de la Corte pudo influir en muchos de
los Regidores, Capitanes y grandes señores de la isla que hemos citado, entre
ellos, también a las dignidades catedralicias, gran parte de ellas venidas de
la España peninsular. En este último sentido, cabe destacar, que la capilla
dedicada en la Catedral de Canarias a la Inmaculada, junto al santo, fue
también foco irradiador de la devoción, hasta el punto que la ermita de la
Atalaya se intitula con la misma doble advocación, o hay dignidades
catedralicias detrás de las otras presencias citadas. Esta "moda devocional" promoverá hechos tan curiosos como que en la isla de Lanzarote, el tinerfeño D. Gaspar Rodríguez Carrasco funde un convento intitulado de San Juan de Dios y San Francisco de Paula pensando en que fuera ocupado por los hospitalarios. Sin embargo, rechazando los hospitalarios la invitación por la lejanía de las islas, fue finalmente ocupado por los dominicos en 1726 que no tuvieron problema alguno en mantener dicha intitulación.
Sin embargo, en el sencillo corazón de los canarios de
esferas más humildes, sabemos que la devoción al santo no sólo caló en cuanto a
la procuración de un feliz parto, sino también en cuanto a la procuración de
buenas cosechas. En este sentido, el milagro acontecido en La Habana (Cuba) en
1628, y cuya noticia se hizo correr como la pólvora al resto de España y sus
colonias, enfervorizaría más aún al pueblo llano canario con el santo paulano.[xi]
Tomado del artículo del mismo título de Enrique C. Alonso Morales
[i] cf. CAZORLA LEÓN,
S. (1992), Historia de la Catedral de
Canarias, Real Sociedad Económica de Amigos del País de Las Palmas de Gran
Canaria, Gráficas Loureiro S. L., Madrid, pp. 205-212
[ii] cf. Ibídem, pp.
91-100
[iii] cf. SUÁREZ QUEVEDO,
D. (1992), “El convento franciscano de Telde (Gran Canaria). Datos para la
historia de una institución desaparecida” en Revista de Historia Canaria:
176, Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de La Laguna, pp.
287-289
[iv] cf. HERNÁNDEZ
BENITEZ, P. (1958), Telde, sus valores
arqueológicos, históricos, artísticos y religiosos, p. 112
[v] cf. SUÁREZ GRIMÓN,
V. (1987), La propiedad pública,
vinculada y eclesiástica en Gran Canaria en la crisis del Antiguo Régimen,
Cabildo de Gran Canaria, p. 776 y Apéndice documental, p. 49
[vi] MADOZ, P. (1849), Diccionario geográfico, estadístico, histórico de España y sus
posesiones de ultramar, Tomo XII, Madrid, p. 618
[vii] cf. SUÁREZ QUEVEDO,
D. (1987), “Ermita de la Inmaculada Concepción y San Francisco de Paula. La
Atalaya de Santa Brígida (Gran Canaria)” en Anuario
de Estudios Atlánticos: 33, Cabildo de Gran Canaria, pp. 605-644
[viii] SANTA MARÍA MICAELA, Autobiografía, 24, 7
[ix] cf. GÓMEZ DE LA CRUZ, J. (1735),
Prodigiosa vida y admirable muerte de
nuestro glorioso Padre San Francisco de Paula, portento maravilloso de la
Gracia, escogido plenipotenciario de Dios para hacer milagros, y único fundador
y patriarca del Orden de los Mínimos, Cuarta Impresión, Joseph Giralt
Imprenta, Barcelona, pp. 371-374
[x] cf. Ibídem, p. 366-373
[xi] Ante una serie de desastrosas tormentas y granizadas para las cosechas, los habaneros decidieron acogerse a la protección de un santo por "sorteo", metiendo en una bolsa papeletas con cada uno de los santos del calendario. Un niño, como mano inocente, sacó la papeleta de San Francisco de Paula. Ante el descontento generalizado, pues no era santo conocido, decidieron volver a meter la papeleta en la bolsa, removerla y proceder a extraer una nueva. Para la sorpresa de todos, volvió a salir el mismo santo. No contentos aún con la "casualidad" volvieron a meter la papeleta en la bolsa, remover y extraer por tercera vez una papeleta, volviendo a salir la de San Francisco de Paula que quedó aceptado ante tal milagrosa señal. cf. Ibídem, p. 373-374
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