17/3/17

UNDÉCIMO VIERNES. DE LA MANSEDUMBRE DE SAN FRANCISCO DE PAULA


1. Te lo suplicamos por aquella mansedumbre manifestada en las palabras con que reconciliaste a dos hermanos que se disputaban la posesión de un árbol. Padre nuestro y Ave María.

2. Te lo suplicamos por la dulzura con que desarmaste a los soldados que el Rey de Nápoles, mal informado de tu recto proceder, había mandado para tu captura. Padre nuestro y Ave María.

3. Te lo suplicamos por la mansedumbre con que reprimías a los culpables, ganándolos para el Señor. Padre nuestro y Ave María.

4. Te lo suplicamos por la serenidad de espíritu y rostro hacia aquel herrero a quien hiciste restituir las herraduras de tu asno. Padre nuestro y Ave María.

5. Te lo suplicamos por la mansedumbre con que hiciste salir del horno encendido al cordero que te habían robado para comérselo y cuyos huesos ardían en el fuego. Padre nuestro y Ave María.

6. Te lo suplicamos por aquella mansedumbre que infundiste a las mismas fieras, haciéndolas dóciles ejecutoras de tus órdenes. Padre nuestro y Ave María.

7. Te lo suplicamos por aquella dulzura con la que, revelando los secretos de conciencia, convertiste a tantos obstinados pecadores. Padre nuestro y Ave María. 

8. Te lo suplicamos por aquella afabilidad con que serenaste a un hombre airado contra tus religiosos a quienes culpaba de haber recibido en la Orden a un hijo suyo. Padre nuestro y Ave María.

9. Te lo suplicamos por aquel amor a la mansedumbre que te hacía querer a las palomas y cordero, símbolos de esta hermosa virtud. Padre nuestro y Ave María.

10. Te lo suplicamos por la afabilidad con que inducías a tantas personas a seguirte. Padre nuestro y Ave María.

11. Te lo suplicamos por la benignidad que manifestabas a personas inoportunas, socorriéndolas hasta con prodigios. Padre nuestro y Ave María.

12. Te lo suplicamos por aquellos afables modales con que persuadías a tus religiosos a observas la vida cuaresmal. Padre nuestro y Ave María.

13. Te lo suplicamos por aquella admirable mansedumbre con que disponías al Rey de Francia a morir con resignación. Padre nuestro, Ave María y Gloria. 

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