3/7/16

NOVENA A SAN FRANCISCO DE PAULA

HIMNO "CUANDO SE HUNDÍA" (Brutio natus) 


Cuando se hundía el mundo en sus errores,
 diolo Calabria, Paula lo engendraba; 
éste que luego, espléndido en milagros, 
Francia lo acoge.   

Quiso en la tierra ser en todo humilde; 
«mínimo» siempre, ser por todos dicho.
Sólo así excelso pudo en alto cielo  
ser coronado.

 Quiso a los suyos, Mínimos llamarlos;
quiso que humildes, fuesen sus hermanos;
verlos a todos, junto con los santos
 llenos de gloria.   

Da con frecuencia, donde está enterrado,
vista al enfermo, siempre que le ruega; 
da al desgraciado, cuando va a rogarle 
don saludable.  

Ven ya los ciegos, andan los tullidos, 
cobra el oído, quien sordo sufría, 
muertos se yerguen, tienen ya los mudos 
 voz en sus bocas.  

Todos los fieles dan al Señor gracias, 
Dios Uno y Trino; y El que da a los justos
dones de dicha y sube hasta los cielos 
hombres humildes. Amén.
ORACIÓN INICIAL 
Sol luminoso de caridad y verdadero Padre de los pobres, San Francisco de Paula, como pobre y necesitado de salvación recurro a ti para que me alcances del Señor una fe viva, una esperanza firme, una caridad ardiente y una paciencia inalterable en las pruebas y contrariedades de la vida.
Tú, que de un modo vivo y completo reflejaste la imagen de nuestro divino Redentor, ayúdeme a modelar mi vida según el ejemplo y enseñanzas de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo.
Dame tu ayuda poderosa en toda dificultad material o espiritual e intercede por mí para que, caminando santamente durante esta peregrinación terrena, merezca gozar contigo de los inefables gozos de la divinidad en la plenitud de la eterna bienaventuranza.
Estas gracias espero confiadamente alcanzar por tu eficaz protección y la maternal intercesión de la Santísima Virgen María, en virtud de los méritos infinitos de nuestro Señor Jesucristo. Amén

(meditar aquí la oración propia del día, véanse más abajo, y luego terminar con los Gozos y la oración final)

GOZOS AL SANTO


Pues la suprema deidad
os dio nombre tan glorioso
R. Salve mínimo asombroso
máximo en la santidad.

El cielo tu nacimiento
anunció con resplandores
y otros divinos favores
indicios de gran portento
así anticipó el contento
a toda la cristiandad.
R. Salve mínimo asombroso
máximo en la santidad.

La gracia y naturaleza
os honraron en tan modo
que fuiste Francisco en todo
un conjunto de belleza
del de Asís su gran pureza
imitaste y la humildad.
R. Salve mínimo asombroso
máximo en la santidad.

El Espíritu divino
con sus frutos y sus dones
os colmó de bendiciones
¡oh paula peregrino!
enseñándoos el camino
de la ciencia y la verdad.
R. Salve mínimo asombroso
máximo en la santidad.


Fundaste una religión
de singular instituto
la que con copioso fruto
a la Iglesia da extensión
del orbe es admiración 
por su elimina caridad.
R. Salve mínimo asombroso
máximo en la santidad.


Vuestro nombre es conocido
con aplauso universal
porque el Padre celestial
honraros así ha querido
como hijo tan distinguido
de su amor y su bondad.
R. Salve mínimo asombroso
máximo en la santidad.


Con peregrinos portentos
habéis dado a conocer
que el Soberano poder
quiere vuestros lucimientos
pues todos los elementos
honran vuestra potestad.
R. Salve mínimo asombroso
máximo en la santidad.


Sois la general piscina
que con modos celestiales
a lo más terribles males
dais completa medicina
también antorcha divina
sois en toda tempestad.
R. Salve mínimo asombroso
máximo en la santidad.


El Espíritu divino
con sus frutos y sus dones
os colmó de bendiciones
¡oh paula peregrino!
enseñándoos el camino
de la ciencia y la verdad.
R. Salve mínimo asombroso
máximo en la santidad.


Siempre dais atento oído
al mísero encarcelado
al huérfano descarriado
y a todo pobre afligido
remediando complacido
su angustia y necesidad.
R. Salve mínimo asombroso
máximo en la santidad.


Las débiles parturientas
las infecundas casadas
las doncellas desgraciadas
y las viudas indigentes
toda suerte de dolientes
consuelo halla en tu bondad.
R. Salve mínimo asombroso
máximo en la santidad.


Ciegos, mancos y tullidos,
paralíticos, leprosos,
energúmenos furiosos
y aún muertos ya corrompidos
por vos fueron restituidos
a la vida y sanidad.
R. Salve mínimo asombroso
máximo en la santidad.


Todas vuestras profecías
las ha acreditado el cielo
cumpliéndose sin recelo
cuanto en ellas proferías
y hasta en nuestros propios días
contestan estas verdad.
R. Salve mínimo asombroso
máximo en la santidad.


¡Oh taumaturgo divino!
pues tanto con Dios valéis 
os pedimos que alcancéis
remedio a nuestro destino
y que intercedáis muy fino
por nuestra felicidad.
R. Salve mínimo asombroso
máximo en la santidad.


Suplicadle al gran Señor
que reina en la eterna altura
convierta en paz y dulzura
nuestra miseria y dolor
porque en su santo temor
vivamos sin veleidad.
R. Salve mínimo asombroso
máximo en la santidad.


Pues la suprema deidad
os dio nombre tan glorioso.
R. Salve mínimo asombroso
máximo en la santidad.



ORACIÓN FINAL
Dios nuestro, recompensa de los humildes que has elevado a san Francisco de Paula a la gloria de tus santos, concédenos, por sus méritos y ejemplos, alcanzar los premios prometidos a los humildes de corazón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén. 


Día primero
Oh glorioso Patriarca, San Francisco de Paula, por los grandes y estupendos prodigios con los cuales no sólo diste prueba de vivísima fe, sino que también acrecentaste y arraigaste la credibilidad en los divinos misterios en aquellos que dudaban, alcánzanos del Señor el don de la fe divina, para creer firmemente todas las verdades que por Él nos ha revelado y la Santa Iglesia nos propone. 
Padre Nuestro, Ave María y Gloria

Día segundo
Oh Protector nuestro, San Francisco de Paula, por aquella singular esperanza en la ayuda de la bondad del Señor con la cual te entregaste a las grandes empresas de la gloria divina contra todos los obstáculos del mundo y del infierno; alcánzanos de Dios el don de la esperanza, para que seguros de la fidelidad a las divinas promesas, esperemos fielmente aquella gloria a la que hemos sido llamados
Padre Nuestro, Ave María y Gloria

Día tercero
Oh gran Padre de vuestros devotos, San Francisco de Paula, por aquella austera penitencia con la que castigaste tu inocente carne, y por aquella abstinencia admirable que te ha hecho tan célebre en la Iglesia; alcánzanos del Señor el verdadero espíritu de la penitencia cristiana, a fin de que, sumisos a la divina justicia, mortifiquemos nuestros sentidos y nuestras perversas inclinaciones en satisfacción de nuestras culpas
Padre Nuestro, Ave María y Gloria

Día cuarto
Oh singular Taumaturgo, San Francisco de Paula, por aquel dominio que ejercitaste siempre sobre tu cuerpo y tus instintos, y por el triunfo conseguido sobre la impura pasión cuando te zambulliste en el estanque helado; alcánzanos del Señor la hermosa virtud de la santa pureza, con la que domemos las desordenadas pasiones y reprimamos los estímulos de los apetitos, viviendo siempre castos en pensamientos y en obras, a semejanza de los ángeles del cielo. 
Padre Nuestro, Ave María y Gloria

Día quinto
Oh eficaz Abogado nuestro, San Francisco de Paula, por aquella constante mansedumbre por la que te ganaste el corazón de Dios, y en la más injustas persecuciones de los hombres mantuviste la calma de tu espíritu, ablandando el corazón de los enemigos; alcánzanos del Señor el don de la mansedumbre, por el que, refrenando los movimientos de la ira, soportemos con resignación las calamidades públicas y privadas, y, tolerando con fraterna caridad los defectos del prójimo, nos mostremos con todos afables y mansos
Padre Nuestro, Ave María y Gloria

Día sexto
Oh poderoso Consolador nuestro, San Francisco de Paula, por aquella humildad ejemplar que ejercitaste en la cumbre de los honores y dignidades y que quisiste fuera el distintivo de tu Orden, reputándote el mínimo en la casa de Dios; alcánzanos del Señor el don de esta singular virtud que formó el carácter de tu santidad, a fin de que, conociendo con su luz la nada que fuimos, lo poco que somos y el polvo que seremos, merezcamos llegar a ser gratos en la presencia de Dios
Padre Nuestro, Ave María y Gloria

Día séptimo
Oh celestial Patrono nuestro, San Francisco de Paula, por aquel espíritu de caridad fraterna que te impulsó a salir del desierto para trabajar en la santificación de tus semejantes y por el cual obtuviste de Dios el poder de curar las dolencias de las almas y de los cuerpos, apaciguando las disensiones familiares más enconadas; alcánzanos de Dios la verdadera caridad del prójimo, a fin de que, aceptándonos todos como hijos de un mismo Padre, nos amemos los unos a los otros con la mente limpia de toda discordia y el corazón limpio de toda aversión
Padre Nuestro, Ave María y Gloria

Día octavo
Oh Bienhechor nuestro, San Francisco de Paula, por aquel ardiente amor a Dios en que siempre estuviste abrasado y que fue el único objeto de tus intenciones y obras, entregándote a las más duras privaciones y sufrimientos; alcánzanos el don inestimable del amor de Dios, por el cual, anteponiendo el amor del Creador al de todas las criaturas, despreciemos los bienes caducos de la tierra, y no vivamos sino para Él, nuestro primero y último fin
Padre Nuestro, Ave María y Gloria

Día noveno
Oh piadoso Intercesor nuestro, San Francisco de Paula, por aquella admirable dulzura de espíritu que gozaste en el pío tránsito del tiempo a la eternidad, y por aquella perseverancia en el bien que te hacía despreciar las falsas grandezas del mundo y te mereció un trono excelso de gloria en el cielo; alcánzanos del Señor un verdadero y vivo conocimiento de nosotros mismos y de la vanidad de la tierra, a fin de que nuestro espíritu no aprecie sino aquello que es meritorio para nuestra alma. Sí, oh ínclito Santo, concédenos la gracia de perseverar en el fin hasta el último momento, para morir santamente como tú  y gozar contigo eternamente en el cielo
Padre Nuestro, Ave María y Gloria

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