Mi amabilísimo Patriarca seráfico, san Francisco de Paula, tú que de un modo vivo y completo reflejaste la imagen de nuestro divino Redentor, ayúdame a modelar mi vida según el ejemplo soberano de Jesucristo, autor y consumidor de nuestra común salvación.
No puedo temer, oh Padre mío amorosísimo, que habiéndote dignado acogerme por hijo tuyo espiritual, dejes de atender mi humilde plegaria y me niegues el socorro de tu poderosa intercesión.
Te pido me obtengas de Dios el perdón de todas mis culpas y el auxilio necesario para imitarte con generosidad en la plena observancia de los preceptos de Dios y de la Iglesia.
Inclinado a la culpa, flaco en el cumplimiento de mis deberes, frío en los ejercicios de piedad, recurro a ti, oh mi gran Padre, para que me alcances del Señor una fe viva, una firme esperanza, una caridad ardiente, una paciencia inalterable en las pruebas de la vida, y una pureza de alma y cuerpo, que haga castos mis pensamientos, mis sentidos y todos mis actos.
Intercede por mí, oh amado Santo, para que, caminando santamente durante esta peregrinación terrena, merezca gozar contigo de los inefables gozos de la divinidad en la plenitud de la eterna bienaventuranza.
Esta gracia, oh glorioso Padre mío, san Francisco de Paula, espero firmemente alcanzar por tu eficaz protección en unión de la maternal intercesión de la santísima Virgen María, y principalmente por los méritos infinitos de nuestro Señor Jesucristo. Amén.
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