1.
Te lo suplicamos por todos los actos de humildad que practicabas en la casa
paterna, sino obediente a tus padres. Padre nuestro y Ave María.
2.
Te lo suplicamos por aquellos humildes servicios que ejercitaste en el convento
de San Marcos, donde permaneciste por un año. Padre nuestro y Ave María.
3.
Te lo suplicamos por el amor que manifestabas a esta santa virtud vistiendo el
color de la tierra para recordar nuestro primer origen. Padre nuestro y Ave
María.
4.
Te lo suplicamos por la humildad de la que gozaba tu espíritu, cuando personas
de consideración te llamaban inocente y santo. Padre nuestro y Ave María.
5.
Te lo suplicamos por aquel motivo de humildad que te hacía atribuir al mérito
de los devotos todos los milagros obrados en su favor. Padre nuestro y Ave
María.
6.
Te lo suplicamos por aquella humildad con la que te esforzabas en ocultar tus
prodigios, atribuyéndolos a la eficacia de aparentes remedios naturales. Padre
nuestro y Ave María.
7.
Te lo suplicamos por aquella sistemática negación de trasladarte a la corte de
Luis XI, rey de Francia, antes de que te lo mandara el Romano Pontífice. Padre
nuestro y Ave María.
8.
Te lo suplicamos por aquel humildísimo sentimiento que te hizo sentirte indigno
del sacerdocio cuando el Pontífice Sixto IV quería ordenarte. Padre nuestro y
Ave María.
9. Te lo suplicamos por aquella admirable
humildad que manifestabas en los solemnes recibimientos que te tributó la
ciudad y corte de Nápoles. Padre nuestro y Ave María.
10.
Te lo suplicamos por aquella humildad que manifestaste en Roma, en medio de los
honores y agasajos que te tributó el Sumo Pontífice. Padre nuestro y Ave María.
11. Te
lo suplicamos por aquel humilde comportamiento que mostrabas ante las
manifestaciones de honores que te tributaban en la corte de Francia. Padre
nuestro y Ave María.
12.
Te lo suplicamos por aquella profunda humildad que conservaste en medio de los
profundos éxtasis, visiones y revelaciones celestes que Dios te regalaba. Padre
nuestro y Ave María.
13. Te lo suplicamos por aquellos humildes servicios
que prestabas a tus religiosos, como si fueras súbdito suyos, mientras eras el
superior de todos. Padre nuestro, Ave María y Gloria.
CUANDO SE HUNDIA («Brutio natus»)
Cuando se hundía el mundo en sus errores,
diolo Calabria, Paula lo engendraba;
éste que luego, espléndido en milagros,
Francia lo acoge.
Quiso en la tierra ser en todo humilde;
«mínimo» siempre, ser por todos dicho.
Sólo así excelso pudo en alto cielo
ser coronado.
Quiso a los suyos, Mínimos llamarlos;
quiso que humildes, fuesen sus hermanos;
verlos a todos, junto con los santos
llenos de gloria.
Da con frecuencia, donde está enterrado,
vista al enfermo, siempre que le ruega;
da al desgraciado, cuando va a rogarle
don saludable.
Ven ya los ciegos, andan los tullidos,
cobra el oído, quien sordo sufría,
muertos se yerguen, tienen ya los mudos
voz en sus bocas.
Todos los fieles dan al Señor gracias,
Dios Uno y Trino; y El que da a los justos
dones de dicha y sube hasta los cielos
hombres humildes. Amén.