28/1/17

IV DOMINGO ORDINARIO (CICLO A)


Mt 5, 1-12a

  • Dichosos los pobres de espíritu... un llamamiento a la humildad, llave del Reino de los Cielos.
  • Dichosos los mansos o sufridos... un llamamiento al trabajo cotidiano, honesto, servicial, para heredar-disfrutar la tierra.
  • Dichosos los que lloran... que ojalá encuentren nuestro consuelo desde ya como el del Señor.
  • Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia... un llamamiento a la denuncia profética de la injusticia y el anuncio del Evangelio como solución, que no caigamos en la indiferencia jamás.
  • Dichosos los misericordiosos... aprendamos a acoger, perdonar, amar sin medida.
  • Dichosos los limpios de corazón... que no albergan odio, rencor, maldad alguna. Un llamamiento a la nobleza de corazón.
  • Dichosos los que trabajan por la paz... que rechazan cualquier tipo de violencia y promueven las relaciones pacíficas. 
  • Dichosos los perseguidos por la justicia... porque no callan ni se atemorizan ante los que quieren que dejen de hablar de Dios. 
  • Dichosos cuando les insulten, persigan o calumnien por mi causa... grande en el Reino de los Cielos. Nuestra oración y solidaridad con los mártires actuales y todas aquellos cristianos perseguidos. 

27/1/17

CUARTO VIERNES. DEL AMOR DE SAN FRANCISCO DE PAULA AL PRÓJIMO


1. Te lo suplicamos por aquella caridad con que siempre recibías a cuantos solicitaban tu ayuda y consuelo. Padre nuestro y Ave María.

2. Te lo suplicamos por tu celo manifestado en procurar por todos los medios la salud del prójimo sin miramiento de fatigas o sacrificios. Padre nuestro y Ave María.

3. Te lo suplicamos por aquella generosidad tuya en beneficio de quien había hablado mal de ti, y por el milagro obrado para convencer a otro. Padre nuestro y Ave María.

4. Te lo suplicamos por aquella santa libertad con la que ante la suprema autoridad defendías la causa de los pobres. Padre nuestro y Ave María.

5. Te lo suplicamos por aquel amor al prójimo que te inspiró la fundación de tu Orden poco antes de que Lutero esparciera sus errores en perjuicio de las almas. Padre nuestro y Ave María.

6. Te lo suplicamos por aquella afectuosa solicitud de curar los males del cuerpo no menos que los del alma. Padre nuestro y Ave María.

7. Te lo suplicamos por tu amable hospitalidad hacia los transeúntes, a quienes hasta solías lavar los pies. Padre nuestro y Ave María. 

8. Te lo suplicamos por la fama que gozabas justamente de Padre de los pobres y Consolador de los afligidos. Padre nuestro y Ave María.

9. Te lo suplicamos por tantas veces como recurrías a los milagros para socorrer las necesidades de tu prójimo. Padre nuestro y Ave María.

10. Te lo suplicamos por el deseo tan ardiente de acercarte a los idólatras para convertirlos al Señor. Padre nuestro y Ave María.

11. Te lo suplicamos por la paz que conseguiste entre Fernando el Católico, rey de España, y Carlos VIII, rey de Francia, para evitar los horrores de la guerra. Padre nuestro y Ave María.

12. Te lo suplicamos por las veces que flagelabas tu carne inocente en reparación de los pecados ajenos. Padre nuestro y Ave María.

13. Te lo suplicamos por tus grandes incomodidades en el largo viaje de Paula a Tours para convertir y preparar a bien morir al rey Luis XI. Padre nuestro, Ave María y Gloria. 


24/1/17

ACTO DE CONSAGRACIÓN A SAN FRANCISCO DE SALES DE LA TERCERA ORDEN MÍNIMA


Acto de consagración de la Tercera Orden Mínima a su patrón san Francisco de Sales
(para hacerlo y renovarlo cada 24 de enero)

Oh San Francisco de Sales, nuestro especial protector y abogado, estamos aquí ante tu imagen, en este día en que la Iglesia celebra las maravillas que Dios ha operado en ti.
Los retos que la sociedad pone en nuestro camino son numerosos y, muchas veces, sentimos cómo el peso de nuestras limitaciones y miserias enfría nuestro corazón y nuestra vida.
Intercede por nosotros, míranos con ojos llenos de misericordia e indícanos cada día el camino de la verdadera santidad, hecha de dulzura y de firmeza, de humildad y de ingenio, de mansedumbre y de fortaleza.
Que nuestra Fraternidad sea fiel a los compromisos asumidos ante Dios y a sus hermanos. Que la división, el chisme, la indiferencia y la apatía dejen lugar a la verdadera comunión y a la mutua acogida.
Intercede por nosotros para que redescubramos cada vez más la belleza de seguir al Señor en la vía trazada por san Francisco de Paula.
Que cada uno de nosotros viva una intensa vida espiritual como indica nuestra Regla, que se basa en las virtudes de la penitencia, la humildad, la caridad, la frecuente práctica sacramental y constante oración, comprometiéndonos en construir un estilo de vida sobrio y moderado, huyendo del espíritu consumista y advenedizo del mundo, sintiéndonos en él como extranjeros y peregrinos.
Que nuestro apostolado esté a favor de los pobres, de los enfermos, de los ancianos, de los marginados y de la promoción integral humana y cristiana de cuántos nos acerquemos en humildad y caridad fraterna.
Todo esto se lo pedimos al Señor mediante tu intercesión y oraciones, oh nuestro valioso patrón, porque también nosotros podemos gloriarnos como tú de ser hijos "mínimos" llamados a ser levadura en la masa y testimonio fuerte de fe. Amén.

                                                                                                    (P. Domenico M. Crupi O. M.)

HIMNO DE LA TERCERA ORDEN MÍNIMA


Himnos, cánticos y glorias
elevemos hasta el cielo
ensalzando en este suelo
al glorioso Fundador.
Con fervor le supliquemos
nos proteja y nos ampare
y cual amoroso Padre
nos mantenga en su amor.

CARIDAD Y SANTA UNIÓN 
NUESTRO LEMA SIEMPRE SEA
"PUES QUE LLEVA ESTA LIBREA
LA MILICIA DEL SEÑOR" (bis)

De los cielos los favores
cual raudal de ricas fuentes
recibiste ya a torrentes
aún antes de nacer
y se vieron bien patentes
de vos los santos destinos
que serían los caminos
del amor y de la fe.

CARIDAD Y SANTA UNIÓN 
NUESTRO LEMA SIEMPRE SEA
"PUES QUE LLEVA ESTA LIBREA
LA MILICIA DEL SEÑOR" (bis)

Cual lucero matutino
de la vida en los albores
despedíais resplandores
de admirable santidad,
ilustrando corazones
con tan célicos destellos
les mostrabais los senderos
de esperanza y caridad.

CARIDAD Y SANTA UNIÓN 
NUESTRO LEMA SIEMPRE SEA
"PUES QUE LLEVA ESTA LIBREA
LA MILICIA DEL SEÑOR" (bis)

ESQUEMA REGLA TOM


SAN FRANCISCO DE SALES


22/1/17

SAN VICENTE PALLOTTI


SAN VICENTE PALLOTTI

22 de enero


San Vicente Pallotti, terciario mínimo
(1795 - 1850)

Como lo declaró Pío XI, quien llamó a san Vicente Pallotti "prefundador" de la acción Católica, éste se adelantó un siglo a su época en materia de ideas de apostolado. En un mundo que consideraba toda forma de apostolado activo como propia y exclusiva del clero, san Vicente concibió un triple programa: 
a) la participación de todos los católicos en el apostolado entre los paganos.
b) la participación de todos los católicos en el trabajo de confirmación y profundización de la fe entre los que ya la poseían.
c) la participación de todos los católicos en las obras de misericordia, así espirituales como temporales. 

La contribución de san Vicente a la realización de este programa consistió, ante todo, en su propia vida. En segundo lugar, en la difusión de sus ideas y aspiraciones. Finalmente, en la fundación de una congregación de sacerdotes y hermanos legos que vivían en comunidad sin hacer votos, ayudados por un instituto femenino y por los clérigos y laicos afiliados a la fundación. San Vicente llamó a esta organización la "Sociedad del Apostolado Católico".

Vicente Pallotti había nacido en Roma, en 1795. Su padre era un tendero acomodado. La vocación de Vicente al sacerdocio se manifestó desde muy temprana edad. Sus comienzos en la escuela fueron poco brillantes. Su maestro, el padre Ferrari, decía: "Vicente es un santo en miniatura, pero tiene una cabeza de burro". Sin embargo, el talento de Vicente se desarrolló con el tiempo, y fue ordenado sacerdote, cuando sólo tenía veintitrés años, en 1818. Como sacerdote, además, quiso formar parte de las terceras órdenes franciscana, dominica y mínima en la que emitió sus promesas.

Poco después, obtuvo el diploma de doctor en teología, y fue nombrado profesor auxiliar en la Sapienza. La amistad de Vicente con san Gaspar del Búfalo no hizo sino aumentar su celo apostólico, y el santo renunció pronto a la cátedra para consagrarse al trabajo pastoral activo.

La fama de Vicente como confesor se extendió pronto. El santo desempeñó este oficio en algunos de los colegios de Roma, entre los que se contaban al Escocés, el Irlandés y el Inglés, donde se hizo gran amigo del rector, Nicolás Wiseman. Pero no todos apreciaban igualmente al sacerdote. Cuando fue nombrado para ocupar un puesto en la iglesia napolitana de Roma, encontró una increíble oposición por parte del clero. Lo más sorprendente es que tal oposición se prolongó diez años, antes de que las autoridades competentes cayesen en la cuenta y pusiesen fin al escándalo. El más implacable de los enemigos de Vicente, el primer vicario de dicha iglesia, vivió lo suficiente para dar testimonio en su favor durante su proceso de beatificación: "el P. Pallotti no dio jamás el menor motivo que le mereciese el mal trato que recibió" -declaró el vicario- "a mí me dio siempre las mayores muestras de respeto; se descubría la cabeza siempre que me hablaba, y en varias ocasiones intentó besarme la mano".


San Vicente inauguró su trabajo por la conversión y la justicia social con un grupo de clérigos y laicos. Este fue él núcleo, a partir del cual, la Sociedad del Apostolado Católico tomó forma definitiva en 1835. El fundador escribía a un joven profesor: "Ud. no está hecho para el silencio y las austeridades de los trapenses y los ermitaños. Santifíquese en el mundo, en su vida social, en su trabajo, en su descanso, en sus deberes de profesor y en sus contactos con los publicanos y pecadores. La santidad consiste simplemente en hacer siempre y en todas partes la voluntad de Dios". 

San Vicente organizó escuelas para los zapateros, los sastres, los empleados de transportes, los ebanistas y los vendedores de legumbres, a fin de completar su educación y desarrollar en ellos el orgullo por su trabajo. Igualmente, estableció cursos nocturnos para los trabajadores jóvenes, y un instituto para mejorar los métodos de los agricultores. Todo ello no le hizo perder de vista el aspecto más profundo de su misión. En 1836, inauguró la práctica de celebrar la misa de cada día de la octava de la Epifanía, según un rito diferente, para orar especialmente por la reunión de los orientales disidentes con Roma. La práctica se estableció en 1847, en la iglesia de Sant´ Andrea delle Valle, y desde entonces, ha continuado hasta nuestros días.

Se ha dicho con razón que Roma tuvo un segundo san Felipe Neri en san Vicente Pallotti. ¡Cuántas veces volvió el santo a casa medio desnudo, después de haber regalado sus vestidos! ¡Cuántos pecadores fueron reconciliados por él! En cierta ocasión, el santo se disfrazó de mujer para ir a visitar a un enfermo que había prometido matar al primer sacerdote que se le acercase. Su fama de exorcista era muy grande. Poseía el don de leer en los corazones y de predecir el futuro, y curaba a los enfermos con la bendición o con unas palabras de aliento. Según dijo Pío XI, san Vicente Pallotti previó todo lo que se refiere a la Acción Católica, sin excluir el nombre. Y el cardenal Pellegrinetti añadió: "Hizo todo lo que pudo y aun mucho de lo que no podía".

San Vicente murió a los cincuenta y cinco años de edad, el 22 de enero de 1850. Tal vez por un resfriado que se convirtió en pleuresía, por haber regalado su abrigo antes de una larga sesión en un frío confesionario. Cuando le llevaron el viático, el santo tendió los brazos y murmuró: "Jesús, bendice a la congregación con una bendición de bondad, con una bendición de sabiduría..." Las fuerzas le faltaron para concluir: "... con una bendición de poder". 

El Papa Pío XII lo beatificó en 1950 y Juan XXIII lo canonizó en 1963, durante el Concilio Vaticano II.

VIDAS DE LOS SANTOS Edición 1965
Autor: Alban Butler (†)
Traductor: Wilfredo Guinea, S.J.
Editorial: COLLIER´S INTERNATIONAL - JOHN W. CLUTE, S. A
http://www.es.catholic.net/op/articulos/36339/vicente-pallotti-santo.html

21/1/17

III DOMINGO ORDINARIO (CICLO A)


Mt 4, 12-23
  • Dejó su pueblo natal, comienza su misión. Dejarlo todo...
  • Podemos seguir habitando en tinieblas si es lo que escogemos, pero una gran luz ya ha brillado y brilla para nosotros.
  • Convertirse, dejarse iluminar, cambiar de vida... una tarea constante.
  • los discípulos también dejan sus cotidianidad para seguir a Jesús... serán lo que son: pescadores; pero en beneficio de los demás: de hombres para el Reino. 

20/1/17

VIRGEN DEL MILAGRO


TERCER VIERNES. DEL AMOR DE SAN FRANCISCO DE PAULA A DIOS


1. Te lo suplicamos por aquella claridad que desde niño irradiaba tu rostro, como preanuncio para el mundo del nuevo serafín de caridad. Padre nuestro y Ave María.

2. Te lo suplicamos por tu retiro en el desierto, en la contemplación y en amor por las cosas del cielo. Padre nuestro y Ave María. 

3. Te lo suplicamos por las coronas aparecidas sobre tu cabeza en la contemplación del misterio de la Santísima Trinidad. Padre nuestro y Ave María.

4. Te lo suplicamos por todos los prodigios que obreras con sólo decir: "por caridad". Padre nuestro y Ave María.

5. Te lo suplicamos por tus fervorosas oraciones de las que ningún ruido exterior te distraía. Padre nuestro y Ave María.

6. Te lo suplicamos por el divino lema del "CHARITAS-CARIDAD" que te consignó el arcángel San Miguel. Padre nuestro y Ave María.

7. Te lo suplicamos por las ardientes jaculatorias que solías repetir en tus éxtasis: ¡Oh, Dios Caridad! ¡Oh, Dios Caridad! Padre nuestro y Ave María.

8. Te lo suplicamos por aquellos suaves y largos coloquios que frecuentemente tenías con Dios hasta no oír las repetidas llamadas de Carlos VIII. Padre nuestro y Ave María.

9. Te lo suplicamos por aquel ardor de caridad que a menudo te hacía salir de ti y te elevaba del sueño en subidos éxtasis. Padre nuestro y Ave María.

10. Te lo suplicamos por aquellas cuaresmas pasadas en oración y penitencia, sin probar alimento alguno. Padre nuestro y Ave María.

11. Te lo suplicamos por la obediencia que te prestaban las mismas criaturas inanimadas para confirmar lo que repetías: "Todas las criaturas obedecen a quien ama a Dios". Padre nuestro y Ave María. 

12. Te lo suplicamos por el ansia que tenías de aplicarte sin estorbos a la divina contemplación. Padre nuestro y Ave María.

13. Te lo suplicamos por tanta dulzura que experimentabas cuando sufrías algo por Dios, hasta constituir tus delicias. Padre nuestro, Ave María y Gloria. 


19/1/17

FELIZ DÍA DE NUESTRA SEÑORA DEL MILAGRO

Celebramos cada 20 de enero a Ntra. Sra. del Milagro, una devoción que en su santuario romano de los frailes mínimos cumple hoy 175 años. De ahí el año de Gracia Jubilar que vivimos ya hasta el 20 de enero de 2018. 
Ntra. Sra. del Milagro se ha convertido, a día de hoy, en la patrona de la Orden de los Mínimos, aunque la devoción a María en sus múltiples adveraciones en la Orden, arranca ya del mismo San Francisco de Paula. 
Nuestro santo fundador, por ejemplo, dedicó a la Virgen María sus dos primeras fundaciones; mandó pintar un fresco de la Virgen en el eremitorio paulano para que todos pudieran venerarla; difundió los sábados dedicados a María; tenía siempre en su boca la jaculatoria "Ave María" y hasta, según una piadosa tradición, "su imagen grabada en el corazón". 
Recomendaba fervientemente el rezo del Santo Rosario -rosarios que repartía bendecidos a todos-, y, sobre todo, vivía y difundía una tierna, madura y filial devoción mariana “que no necesita de imágenes valiosas, sino de una simple estampa” -como le dijo a los enviados del rey francés que le regalaba una imagen de la Virgen de oro-.
¿Por qué no iba a sentirse acogida, amada y en su propia casa la Virgen María en San Andrés de los hermanos mínimos en Roma para "hacer de las suyas"? ¿Acaso no es medianera de todas las gracias? Allí, hace ya 175 años, selló Alfonso de Ratisbona su conversión, arrodillándose como hebreo y levantándose como católico. Allí la Virgen María, como en París años antes a Sta. Catalina Labouré, se mostró a Alfonso para, sin decirle nada, decirle todo: “haz lo que Él te diga” (Jn 2, 5), en tu corazón ya has venido descubriendo que efectivamente el Mesías ya vino ¡es Cristo, el Señor!
Y así comenzó a vivir y a entregar su vida Alfonso el resto de sus días. 
La Virgen del Milagro, la Madre de Dios en su silencio meditativo -“guardaba todas las cosas en su corazón” (Lc 2, 19)-, socorre aún hoy a toda la Orden de los Mínimos, a todos los fieles que a su santuario se acercan, físicamente o de corazón; a todos los que confiadamente acuden a ella en su corazón ¡y aún a los que no, por los que suspira esperanzadamente! 
¡Qué cosas! Mientras su amigo concertaba una misa funeral en la sacristía con los PP. Mínimos, la Virgen María acudió a la inquietud de Alfonso de Ratisbonne que, esperando fuera, observando la capilla de San Miguel, de pronto, se encontró arrodillado ante la milagrosa Señora que se le aparecía. No le dijo nada, no hacía falta, "sólo me indicaba que me arrodillara, y allí comprendí todo... Todo lo que puedo decir es que en el momento del prodigio cayó un venda de mis ojos... Salía de una tumba, de un abismo de tinieblas, y estaba vivo, perfectamente vivo".
Madre mía, hoy es el peso de mis pecados, incoherencias e increencias el que hace que ande por la vida encorvado, arrodillado, en la misma tumba que describía Alfonso, desaprovechando la Gracia de su Salvación. Sin embargo, Madre mía, arrodillado ante ti ha de proseguir mi conversión. Quiero arrodillarme, mantenerme en silencio, en tu silencio, para comprender una vez más, para reanimarme una vez más, para levantarme nuevamente católico. 
Dame, Madre mía, la sinceridad y valentía de tu FIAT. Dame Madre mía, tu disposición solidaria con todos y callada. Déjame aprender de ti, en tus gozos y en tu dolor por tantos  crucificados actuales, por tantos pecadores, ¡como lo soy yo! 
Alcánzame Madre amorosa al Corazón de tu Hijo, nuestro Salvador, donde ninguna carga es pesada ni ningún yugo no llevadero. 
Enséñame a asomarme desde la ventada de tu Corazón, de donde tan bien se ve el de tu Hijo y así, una vez más, aún estando de rodillas, me levantaré renovado para seguirle, para continuar haciendo el bien, amando a todos, como tú, como Él, hasta dar la vida en este camino de Amor y Penitencia por el que quiero entregarte mi vida entera.

14/1/17

II DOMINGO ORDINARIO (CICLO A)


Jn 1, 29-34
  • Reconocer en Jesús al cordero de Dios, la víctima del sacrificio que borra toda nuestras culpas.
  • Porque existía antes que yo. Reconocer en Jesús al Hijo de Dios eterno y eternamente engendrado no creado junto al Padre y al Espíritu Santo.
  • Juan que se deja alentar y guiar por el Espíritu, reconoce a Jesucristo ¡yo lo he visto!
  • Del reconocimiento, de la fe, al testimonio comprometido y cotidiano.

13/1/17

BEATO FRANCISCO MARÍA GRECO


SEGUNDO VIERNES. DE LA MORTIFICACIÓN DE SAN FRANCISCO DE PAULA


1. Te lo suplicamos por aquella abstinencia que observabas los miércoles y viernes cuando aún eras niño. Padre nuestro y Ave María.

2. Te lo suplicamos por aquellas noches heladas que pasabas siendo adolescente, como primicia de tus rigidísimas penitencias. Padre nuestro y Ave María.

3. Te lo suplicamos por todas aquellas veces que mortificabas el gusto haciendo revivir a los peces que te ofrecía la caridad de los devotos. Padre nuestro y Ave María.

4. Te lo suplicamos por aquel prodigio obrado para no contaminar el rigor de tu cuaresma haciendo que se pudriera la carne introducida a escondidas en el refectorio. Padre nuestro y Ave María.

5. Te lo suplicamos por aquel rigor de penitencia que te indujo a vivir a perpetua cuaresma, sin gustar nunca manjar pascual alguno. Padre nuestro y Ave María.

6. Te lo suplicamos por el espíritu con que llevaste sobre tus desnudas carnes el áspero sayal en obsequio de tu patrón San Francisco de Asís. Padre nuestro y Ave María. 

7. Te lo suplicamos por aquellas noches de insomnio que pasabas en la contemplación de los divinos misterios. Padre nuestro y Ave María.

8. Te lo suplicamos por aquella sangre inocente que derramaste en tus flagelaciones hasta salpicar el pavimento de la celda. Padre nuestro y Ave María.

9. Te lo suplicamos por aquella sed tan ardiente que tenías de sufrir para asemejarte en todo a tu Amor crucificado. Padre nuestro y Ave María.

10. Te lo suplicamos por aquel continuo y perfecto dominio de tus sentidos, a cuya concupiscencia nunca cedías. Padre nuestro y Ave María.

11. Te lo suplicamos por la asidua vigilancia en mantener el corazón libre de todo afecto terreno y sólo dispuesto a los afectos del cielo. Padre nuestro y Ave María.

12. Te lo suplicamos por todo lo que te hizo padecer el demonio, ávido de vengar las derrotas sufridas.

13. Te lo suplicamos por aquella jovialidad que siempre manifestabas durante el largo martirio de tus mortificaciones. Padre nuestro, Ave María y Gloria. 


7/1/17

SOLEMNIDAD DEL BAUTISMO DEL SEÑOR


Mt 3, 13-17
  • Juan que sabe de lo que está necesitado se siente abrumado por la petición de Dios.
  • Dios sabe lo que hace, dejémonos guiar por Él aunque su plan escape a nuestra compresión.
  • Juan se maravilla ante la obra del Espíritu Santo ¿y nosotros? ¿nos dejamos alentar por Él?
  • "Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto" ¿Así lo reconozco?
  • Renovemos en nuestro corazón las promesas del bautismo, vivamos nuestra condición de sacerdote, profeta y rey.

6/1/17

PRIMER VIERNES. DE LA HUMILDAD DE SAN FRANCISCO DE PAULA


1. Te lo suplicamos por todos los actos de humildad que practicabas en la casa paterna, sino obediente a tus padres. Padre nuestro y Ave María.

2. Te lo suplicamos por aquellos humildes servicios que ejercitaste en el convento de San Marcos, donde permaneciste por un año. Padre nuestro y Ave María.

3. Te lo suplicamos por el amor que manifestabas a esta santa virtud vistiendo el color de la tierra para recordar nuestro primer origen. Padre nuestro y Ave María.

4. Te lo suplicamos por la humildad de la que gozaba tu espíritu, cuando personas de consideración te llamaban inocente y santo. Padre nuestro y Ave María.

5. Te lo suplicamos por aquel motivo de humildad que te hacía atribuir al mérito de los devotos todos los milagros obrados en su favor. Padre nuestro y Ave María.

6. Te lo suplicamos por aquella humildad con la que te esforzabas en ocultar tus prodigios, atribuyéndolos a la eficacia de aparentes remedios naturales. Padre nuestro y Ave María.

7. Te lo suplicamos por aquella sistemática negación de trasladarte a la corte de Luis XI, rey de Francia, antes de que te lo mandara el Romano Pontífice. Padre nuestro y Ave María.

8. Te lo suplicamos por aquel humildísimo sentimiento que te hizo sentirte indigno del sacerdocio cuando el Pontífice Sixto IV quería ordenarte. Padre nuestro y Ave María.

9.  Te lo suplicamos por aquella admirable humildad que manifestabas en los solemnes recibimientos que te tributó la ciudad y corte de Nápoles. Padre nuestro y Ave María.

10. Te lo suplicamos por aquella humildad que manifestaste en Roma, en medio de los honores y agasajos que te tributó el Sumo Pontífice. Padre nuestro y Ave María.

11. Te lo suplicamos por aquel humilde comportamiento que mostrabas ante las manifestaciones de honores que te tributaban en la corte de Francia. Padre nuestro y Ave María.

12. Te lo suplicamos por aquella profunda humildad que conservaste en medio de los profundos éxtasis, visiones y revelaciones celestes que Dios te regalaba. Padre nuestro y Ave María.

13.  Te lo suplicamos por aquellos humildes servicios que prestabas a tus religiosos, como si fueras súbdito suyos, mientras eras el superior de todos. Padre nuestro, Ave María y Gloria.



CUANDO SE HUNDIA («Brutio natus»)  

Cuando se hundía el mundo en sus errores,
 diolo Calabria, Paula lo engendraba; 
éste que luego, espléndido en milagros, 
Francia lo acoge.   
Quiso en la tierra ser en todo humilde; 
«mínimo» siempre, ser por todos dicho.
Sólo así excelso pudo en alto cielo  
ser coronado.
 Quiso a los suyos, Mínimos llamarlos;
quiso que humildes, fuesen sus hermanos;
verlos a todos, junto con los santos
 llenos de gloria.   
Da con frecuencia, donde está enterrado,
vista al enfermo, siempre que le ruega; 
da al desgraciado, cuando va a rogarle 
don saludable.  
Ven ya los ciegos, andan los tullidos, 
cobra el oído, quien sordo sufría, 
muertos se yerguen, tienen ya los mudos 
 voz en sus bocas.  
Todos los fieles dan al Señor gracias, 
Dios Uno y Trino; y El que da a los justos
dones de dicha y sube hasta los cielos 
hombres humildes. Amén.