"A través de la pobreza se perfecciona y profundiza el proceso de liberación espiritual hacia la dimensión del hombre perfecto según el modelo de Cristo, objetivo primordial de su vocación penitencial"
"San Francisco de Paula transmite a sus religiosos el amor a la pobreza: "y pues el dinero es muérdago del alma que arrastra a muchos a la perdición, por ello, para evitar la ocasión del pecado, prohibimos en el modo más absoluto no sólo poseer, sino aun tocar dinero"
"Desde esta óptica debemos leer la definición dada por el Paulano de la pobreza: "la pobreza de espíritu es renuncia a las preocupaciones temporales y a los afanes de esta vida que pasa, es allanarse el camino hacia Dios; es abstracción de la justicia terrena, fiel observancia de la ley divina; es fundamento de paz y de perfección. El fraile pobre es señor del mundo y, habiéndose abandonado totalmente en Dios, posee en la fe el dominio de todos los pueblos"
"Todo el comportamiento exterior debe estar imbuido de los principios de la pobreza abrazada; todo debe hablar de sencillez y austeridad, porque hay una íntima relación entre lo exterior y lo interior. "Ve, vende lo que posees y dalo a los pobres" La relación cristiana es clara: pobreza-caridad"
"Se trata de la liberación del espíritu a fin de hacerlo idóneo para las cosas de Dios: "esto para que, al retener las limosnas hechas para las necesidades de los religiosos, no demos la impresión de acumular tesoros en la tierra sino, al contrario, adquiramos con las piadosas dádivas tesoros en el cielo que ni los ladrones ni la herrumbre puedan consumir"
MOROSINI, J. F. (1992), En la ruta de Paula, col. Espiritualidad Mínima, nº 5. Delegación Ntra. Sra. de la Victoria, Barcelona, España, pp. 40-45