ÍNDICE TEMÁTICO
- ADVIENTO
- AÑO MARIANO
- CANARIAS
- CARISMA
- CONTACTO
- CORPUS CHRISTI
- CUARESMA
- DEVOCIONARIO
- FRAILES
- HOMILÍAS
- IMÁGENES
- INFANTIL
- INTENCIONES DEL PAPA
- LECTIO DIVINA
- MONJAS
- NAVIDAD
- NOTICIAS
- NOVENARIO ALAQUÀS
- OMS ALAQUÀS
- PASCUA
- PENTECOSTÉS
- PETICIONES DE ORACIÓN
- REGLA OMS
- SAN FRANCISCO DE PAULA
- SANTORAL
- SEGLARES
- TRECENARIO
- TRIDUO BEATO GASPAR DE BONO
- V CENTENARIO CANONIZACIÓN
- VI CENTENARIO
- VIDA CUARESMAL
- VOCACIONES
24/12/21
17/12/21
6/12/21
CARTA DE ADVIENTO DEL CORRECTOR GENERAL P. GREGORIO COLATORTI O. M.
29/9/21
8/9/21
22/7/21
HOMILÍAS DEL TRIDUO AL BEATO GASPAR DE BONO
14/7/21
TERCER DÍA TRIDUO AL BEATO GASPAR DE BONO
TRIDUO AL BEATO GASPAR DE BONO Tercer día Concluimos hoy nuestro triduo y el Año Social Mínimo en el día de la fiesta del Beato Gaspar de Bono. Durante estos días hemos ido recordando y orando por los frailes y las monjas mínimos. Hoy tendremos especialmente presentes a todos los Terciarios Mínimos y especialmente a nuestra fraternidad de Alaquàs. Ser terciario, nos lo recuerda bien la regla, no obedece a una devoción hacia el Santo. Ser terciario es decir sí a la vocación, aquella por la que ayer orábamos intensamente, recibida y vivida desde el carisma penitencial de san Francisco de Paula. El Señor puso ante nuestros antepasados a San Francisco de Paula y a sus hijos, los Frailes Mínimos, entre los que destacó el beato Gaspar de Bono. Hoy nos los sigue proponiendo como modelo de vida. Demos gracias a Dios por este regalo y compartamos siempre que podamos el banquete que Él nos ha preparado donde el alimento es Él mismo en su Palabra y hecho pan y vino. Para los que no podáis acompañarnos en las celebraciones en el templo parroquial, os queremos compartir los textos que vamos a utilizar para que, unidos en la oración pidamos al Señor, por intercesión del Beato Gaspar de Bono, las virtudes que nos ayuden a ser más santos. Invocación inicial Clementísimo y dulcísimo Señor: Iluminad nuestras mentes e inflamadnos los corazones, para que, con el auxilio de vuestra Divina Majestad, nos consagremos estos días en honrar y venerar la memoria de vuestro siervo, el beato Gaspar de Bono, de la Orden de los Mínimos de San Francisco de Paula. Acto de contrición Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén. Para vivir el triduo desde casa, os proponemos el rezo de los misterios GLORIOSOS del Santo Rosario o, tal y como haremos en la parroquia la oración de Vísperas (miércoles de la III Semana) De la vida del Beato Falleció en el verano de 1604, el 14 de julio, con tan gran fama de santidad que su cadáver estuvo durante tres días expuesto en la iglesia conventual de Valencia, acudiendo gran número de fieles y comenzando a atribuirse a su intercesión numerosas curaciones. Pocos días después de su inhumación se procedió a la apertura del proceso informativo diocesano. Además, el arzobispo de Valencia (san Juan de Ribera) autorizó a los fieles a rendirle culto local, que se celebró cada 14 de julio durante varios años, hasta la prohibición general de Urbano VIII en 1625. En el capítulo general de la Orden de 1611 se acordó unánimemente promover su beatificación. Finalizado el proceso diocesano en 1623, se inició el proceso apostólico, el cual se concluyó en 1632. Sin embargo, el reconocimiento de la santidad del mínimo tropezó con grandes dificultades, no siendo la menor la falta de fondos para hacer frente a los gastos que se causaban. En 1779 se publicó el decreto de reconocimiento de virtudes y, finalmente, fray Gaspar de Bono fue beatificado en 1786 por Pío VI. Se le rinde veneración, sobre todo, en Valencia, especialmente en la calle Cañete, donde se conserva la casa natal. Oración para el día tercero Señor y Dios de todo consuelo: Os damos gracias por los favores que dispensasteis al santo Beato Gaspar de Bono, abrasando su corazón con tan ardiente amor hacia Vos, que le hacía entregar su cuerpo a la más austera penitencia, por lo que no dudasteis, viendo su gran fervor, hacerle uno de los provinciales de la Orden de los Mínimos, para que gobernarse con tan preeminente cargo, después de haber sido corrector de los conventos de Valencia y Alaquàs, de los que llegó a ser su admiración. Os suplicamos, Señor y Padre nuestro, que por intercesión de vuestro gran siervo, cumplamos cada uno de nosotros los deberes y obligaciones que nos llevarán a la santidad de vida, para así agradaros en la tierra y poderos gozar en el cielo. Padrenuestro, avemaría y gloria (3 veces). Después de cada gloria, repetiremos la jaculatoria: ¡Jesús mío, misericordia! Preces Con toda confianza oremos, hermanos, a Dios nuestro Padre para que, por intercesión del Beato Gaspar de Bono, acoja benigno las súplicas que le dirigimos en favor de todos los hombres. Por la Iglesia necesitada siempre de reforma en sus instituciones y de conversión en sus miembros. Roguemos al Señor. Por todos los que buscan a Dios sin saberlo, por los que viven sin esperanza: para que puedan descubrir en la vida de los creyentes el verdadero rostro del Dios vivo, revelado en Cristo Jesús. Roguemos al Señor. Por todos los hombres de buena voluntad que se preocupan por construir un mundo mejor: para que sus esfuerzos se vean coronados por la conquista de una sociedad más justa y pacífica, según el proyecto de Dios. Roguemos al Señor. Por nuestros hermanos más necesitados; Por los que sufren los efectos de esta pandemia, de cualquier enfermedad o están postrados en el lecho del dolor; para que sientan la cercanía de la comunidad y experimenten la realidad que afirmamos al decir que Dios es amor y no hay amor sin caridad, Roguemos al Señor Por nuestra fraternidad de la Orden Mínima Seglar. Para que continuemos esforzándonos para ser verdaderos “mínimos” imitando las virtudes de san Francisco de Paula y del beato Gaspar de Bono y demos dignos frutos de conversión y caridad. Roguemos al Señor Por todos nosotros, y por todos los miembros de la Orden de los Mínimos: frailes, monjas y terciarios, para que como el beato Gaspar de Bono, vivamos la penitencia evangélica con espíritu de sincera conversión interior. Roguemos al Señor. Concede, Dios todopoderoso, a tu pueblo la conversión del corazón, y haz que, por intercesión del Beato Gaspar de Bono, obtenga de tu bondad lo que te pide humildemente. Por Jesucristo nuestro Señor. Oración para todos los días ¡Santo Beato Gaspar de Bono! Vos que tanto mortificasteis vuestro cuerpo y padecisteis tantas privaciones para aseguraros el fruto de la Redención. Mirad las miserias de nuestra alma y tened compasión de nosotros. Por vuestra intercesión poderosa presentadnos delante de Jesús y de María, de los que imploramos el perdón de nuestros pecados. Comunicadnos una centella de la caridad de la que vuestro corazón está inflamado y, a imitación vuestra, haced que la voluntad divina sea la única regla en nuestra vida. Alcanzadnos la gracia que os pedimos, así como una filial devoción a la pasión del Señor y a los dolores de su Santísima Madre, para así perseverar en su servicio y ganar la vida eterna. Amén. De los milagros del Santo Beato Gaspar de Bono En los días que se halló expuesto el cadáver del Padre Bono en la iglesia conventual de San Sebastián, fueron muchos los milagros con que Dios atestiguó la santidad de su Siervo. Jerónima Galindo, logró ver restituido repentinamente el movimiento de su brazo, que tenía perdido por espacio de seis meses, con sólo el contacto de la mano del difunto. Un niño de tres años, hijo de Martín Polo quedó, con igual procedimiento, curado de la fractura de un brazo. A Damiana Martínez la libró del asma que por distintas veces la había puesto a las puertas de la muerte. Úrsula Peirona y Pedro Gonzalvo, quebrados de entrambos lados, quedaron buenos y sanos, una en presencia del cuerpo del Beato y el otro al contacto con el mismo, pronunciando ambos al mismo tiempo los nombres de Jesús María y José, como sabían que siempre tenía en la boca el Beato Gaspar. Gozos al Beato Sois el primer resplandor del Sol de la caridad; Dadnos Gaspar tu favor, en cualquiera adversidad. Como soldado guerrero, os hizo la providencia centinela de Valencia, donde está tu cuerpo entero, para ser su defensor contra toda hostilidad Dadnos Gaspar tu favor, en cualquiera adversidad. Los que humildes y devotos os rinden adoraciones, llenadles de bendiciones y admitid también sus votos, pues con el mayor fervor imploran vuestra Piedad: Dadnos Gaspar tu favor, en cualquiera adversidad. Oremos Oh Dios, que has querido darnos en el Beato Gaspar un modelo singular de tu amor, en su milicia terrena y más en la profesión de los consejos evangélicos, concédenos por su intercesión que perseverando siempre en tu servicio merezcamos alcanzar el premio eterno. Por Nuestro Señor Jesucristo… Himno al Beato Gaspar Gaspar de Dios amado, Gaspar de Dios amante, lucero deslumbrante de limpio fulgor; contempla desde el cielo tu Orden sacrosanta, que plácida te canta sus cánticos de amor. Formaron tus encantos Jesús, José y María; la santidad heroica fue siempre tu ideal, y al Padre San Francisco tomando por tu guía, las cumbres escalas del Reino celestial. |
13/7/21
SEGUNDO DÍA TRIDUO AL BEATO GASPAR DE BONO
TRIDUO AL BEATO GASPAR DE BONO Segundo día El Beato Gaspar de Bono sintió desde muy niño una gran vocación religiosa. Sus circunstancias personales le obligaron a renunciar a ella. Pero el Señor siempre escribe derecho en renglones torcidos y, como en tantas ocasiones, de una desgracia hizo grande la humildad de su siervo. Hoy en nuestro triduo vamos a pedir especialmente por las Monjas Mínimas, nuestras hermanas contemplativas, que con su trabajo y su oración constante delante del Señor convierten su vida cuaresmal en una continua Pascua en la tierra. Oremos por ellas y por las vocaciones a la vida consagrada, especialmente en nuestra Orden, pero también para que cualquier seglar se decida a vivir, en su estado, la vocación recibida. Para los que no podáis acompañarnos en las celebraciones en el templo parroquial, os queremos compartir los textos que vamos a utilizar para que, unidos en la oración pidamos al Señor, por intercesión del Beato Gaspar de Bono, las virtudes que nos ayuden a ser más santos. Invocación inicial Clementísimo y dulcísimo Señor: Iluminad nuestras mentes e inflamadnos los corazones, para que, con el auxilio de vuestra Divina Majestad, nos consagremos estos días en honrar y venerar la memoria de vuestro siervo, el beato Gaspar de Bono, de la Orden de los Mínimos de San Francisco de Paula. Acto de contrición Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén. Para vivir el triduo desde casa, os proponemos el rezo de los misterios dolorosos del Santo Rosario o, tal y como haremos en la parroquia la oración de Vísperas (martes de la III Semana) De la vida del Beato Fue ordenado sacerdote en 1563, con dispensa de falta de años de estudio, por el arzobispo Martín Pérez. Su tartamudez (algunos le apodaban el padre tartaja) no impidió que, por su buen criterio e irreprochable observancia, le fueran confiados sucesivamente diversos cargos de responsabilidad en la Orden: maestro de novicios, corrector local (en Barcelona, Perpiñán, La Fresneda, Alaquàs, Muro, etc.), colega provincial en 1596 y, a instancias del arzobispo san Juan de Ribera y en contra de su voluntad, Provincial de Valencia en 1602 en el capítulo celebrado en este convento de Alaquàs. Como formador se basó en la persuasión para que los jóvenes madurasen en la piedad, el estudio y la disciplina. Como superior se condujo con paternal solicitud, teniendo como único objetivo que sus frailes progresaran en el camino de la santidad y mostrándose especialmente solícito con los enfermos. Hacia 1594 recorrió las provincias monásticas de Granada y Sevilla, allegando limosnas para pagar el rescate de religiosos mínimos capturados por corsarios norteafricanos. Oración para el día segundo Señor Todopoderoso y eterno, que con gran sabiduría vais preparando las almas de quienes con docilidad os escuchan para luego llevarlas por los caminos y fines que son de vuestro agrado, como lo hicisteis con la de vuestro siervo Gaspar de Bono, que viéndose sin medios ni recursos para sustentar y ayudar a sus ancianos padres se dedicó al servicio de un comerciante de tejidos, cercenando su comida para darles la mayor parte a los que, después de Vos, debía él el ser, por lo que dio lugar al quebranto de su salud. Os suplicamos, Señor y Dios nuestro, que a imitación de tan privilegiada alma, cumplamos todos con el deber de cuidar de nuestros padres y ejercitar con todos nuestros semejantes la virtud de la caridad, aun a costa de algún sacrificio, para que esta santa y caritativa práctica merezca de vuestra bondad la vida eterna. Padrenuestro, avemaría y gloria (3 veces). Después de cada gloria, repetiremos la jaculatoria: ¡Jesús mío, misericordia! Preces Unidos a toda la Iglesia, oremos, hermanos, para que el Señor, dador de todo bien, envíe obreros abundantes a su mies. Por el Papa, los obispos, sacerdotes y todas las demás almas consagradas: para que, con su testimonio y vida ejemplar, susciten en la Iglesia nuevas vocaciones al ministerio sacerdotal y a la vida consagrada. Roguemos al Señor. Por los jóvenes de ambos sexos que han oído la llamada de Jesús o están en período de discernimiento vocacional: para que, guiados sabiamente por sus educadores, no duden que seguir a Cristo es el ideal más grande por el que vale la pena entregar la propia vida. Roguemos al Señor. Por todas las familias cristianas: para que fomenten en sus hogares los valores fundamentales del Evangelio y, buscando el mayor bien para sus hijos, no descarten por principio el que un día sean sacerdotes o religiosos. Roguemos al Señor. Por los institutos de vida consagrada, los seminarios y en particular por esta familia religiosa de la Orden de los Mínimos formada por sus tres ramas: frailes, monjas y terciarios: para que todos y cada uno de sus miembros sean conscientes de su responsabilidad en la promoción, acogida y formación de las vocaciones a nuestra Orden. Roguemos al Señor. Por todos nosotros: para que valoremos siempre más el don inestimable que es para la Iglesia toda vocación de especial consagración y, agradeciendo al Señor estos dones, apoyándoles con nuestra oración, aprecio y ayuda humana. Roguemos al Señor. Señor Jesucristo, que llamaste uno a uno a los apóstoles para hacer con ellos la primera comunidad de consagrados, y a lo largo del tiempo has hecho lo mismo con tantos hombres y mujeres; por intercesión de María, modelo de consagrados y de San Francisco de Paula, no dejes de llamar también hoy a jóvenes (y no tan jóvenes) que, con su vida y su palabra, hagan patente ante el mundo el amor con que los amas. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. Oración para todos los días ¡Santo Beato Gaspar de Bono! Vos que tanto mortificasteis vuestro cuerpo y padecisteis tantas privaciones para aseguraros el fruto de la Redención. Mirad las miserias de nuestra alma y tened compasión de nosotros. Por vuestra intercesión poderosa presentadnos delante de Jesús y de María, de los que imploramos el perdón de nuestros pecados. Comunicadnos una centella de la caridad de la que vuestro corazón está inflamado y, a imitación vuestra, haced que la voluntad divina sea la única regla en nuestra vida. Alcanzadnos la gracia que os pedimos, así como una filial devoción a la pasión del Señor y a los dolores de su Santísima Madre, para así perseverar en su servicio y ganar la vida eterna. Amén De los milagros del Santo Beato Gaspar de Bono Cierto día, siendo el padre Gaspar corrector del convento de Alaquàs, en una año de gran miseria, se juntaron en la portería tal multitud de gentes acosadas por el hambre que, enternecido el santo Corrector, mandó se les distribuyese todo el pan que había en la casa. Llegada la hora de ir al refectorio, el despensero, todo turbado, le manifestó que no había pan sino par a tres o cuatro personas, siendo veinte los conventuales, sin contar con la gente de servicio. Sin embargo, al santo Beato le mandó hiciese su acostumbrada señal con la campanilla y, llegando la comunidad al refectorio, lleno de confianza en la Divina Providencia, bendijo los cuatro panecillos, y repartiéndolos, los multiplicó Dios de manera que, no sólo quedaron satisfechos todos, sino que sobró bastante para que así brillase más la fe de su Siervo. Gozos al Beato Sois el primer resplandor del Sol de la caridad; Dadnos Gaspar tu favor, en cualquiera adversidad. En un pozo herido os visteis, dando el último suspiro, y de inválido el retiro a los Mínimos pedisteis para con mayor ardor conquistar la santidad Dadnos Gaspar tu favor, en cualquiera adversidad. Los que humildes y devotos os rinden adoraciones, llenadles de bendiciones y admitid también sus votos, pues con el mayor fervor imploran vuestra Piedad: Dadnos Gaspar tu favor, en cualquiera adversidad. Oremos Oh Dios, que has querido darnos en el Beato Gaspar un modelo singular de tu amor, en su milicia terrena y más en la profesión de los consejos evangélicos, concédenos por su intercesión que perseverando siempre en tu servicio merezcamos alcanzar el premio eterno. Por Nuestro Señor Jesucristo… Himno al Beato Gaspar Gaspar de Dios amado; Gaspar de Dios amante, lucero deslumbrante de limpio fulgor; contempla desde el cielo tu Orden sacrosanta, que plácida te canta sus cánticos de amor. Formaron tus encantos Jesús, José y María; la santidad heroica fue siempre tu ideal, y al Padre San Francisco tomando por tu guía, las cumbres escalas del Reino celestial. |
12/7/21
PRIMER DÍA TRIDUO AL BEATO GASPAR DE BONO
TRIDUO AL BEATO GASPAR DE BONO PRIMER DÍA Iniciamos hoy el triduo en honor al Santo Beato Gaspar de Bono, fraile que residió en este convento de la Orden de los Mínimos en Alaquàs y del que podemos tomar clarísimas referencias de lo que es la espiritualidad de san Francisco de Paula. Hoy vamos a pedir especialmente por los Frailes de la Orden de los Mínimos, nuestros hermanos “mayores”, para que el Señor les ilumine y continúen extendiendo el carisma Mínimo por el mundo. Por todos ellos, conocidos o no, vamos a dar gracias a Dios, por el Corrector General, P. Gregorio Colatorti, por el Delegado en España, P. Victoriano, por el ministerio de Mn. Morosini, arzobispo emérito de Reggio Calabria, que nos visitó siendo Corrector General en 2001 y por el P. Abilio León, actualmente en el convento de Sevilla, al que nos une una estrecha amistad desde 1982 cuando nos visitó por primera vez con motivo del novenario y que ha celebrado, el pasado día 27 de junio, sus bodas de oro sacerdotales. Para los que no podáis acompañarnos en las celebraciones en el templo parroquial, os queremos compartir los textos que vamos a utilizar para que, unidos en la oración pidamos al Señor, por intercesión del Beato Gaspar de Bono, las virtudes que nos ayuden a ser más santos. Invocación inicial: Clementísimo y dulcísimo Señor: Iluminad nuestras mentes e inflamadnos los corazones, para que, con el auxilio de vuestra Divina Majestad, nos consagremos estos días en honrar y venerar la memoria de vuestro siervo, el beato Gaspar de Bono, de la Orden de los Mínimos de San Francisco de Paula. Acto de contrición Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén. De la vida del Beato Gaspar de Bono, nació en Valencia, en la calle Cañete, el 5 de enero de 1530. Hijo de un tejedor gascón, después de una infancia marcada por la extrema pobreza de su familia, tras trabajar en Valencia como dependiente para un comerciante de tejidos y después de una corta estancia con los Dominicos (religión que abandonó por el mismo motivo), se alistó como soldado de caballería, permaneciendo en la milicia unos diez años, durante los cuales participó en las campañas de Italia y Francia, hasta que resultó gravemente herido cerca de Pavía, haciendo entonces voto a san Francisco de Paula y a la Virgen de los Desamparados de que si salía con bien del trance, sería religioso mínimo. Una vez recuperado, cumplió lo prometido y entró de inmediato en la Orden de San Francisco de Paula, profesando en el convento de san Sebastián de Valencia el 17 de junio de 1561. Oración para el día primero Señor mío Jesucristo, padre y redentor de nuestras almas, por el gran amor que te mostró desde sus primeros años el santo beato Gaspar de Bono, que no encontrando en su entretenimiento mayor contento que ir cantando por las calles de Valencia las letanías de la Virgen, animando a otros niños a que, junto con él, alabaran a la Madre de Dios y os repitieran con frecuencia: ¡Señor, misericordia y perdón! Te pedimos nos concedas imitarlo pidiendo perdón por nuestros pecados, con dolor y propósito de enmienda, para alcanzar la santidad y la vida eterna. Amén Padrenuestro, avemaría y gloria (3 veces) Después de cada gloria, repetiremos la jaculatoria: ¡Jesús mío, misericordia! Preces Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso, y por intercesión de San Francisco de Paula y del Beato Gaspar de Bono, imploremos la misericordia de Aquel que no desea la muerte del pecador, sino que se convierta y viva. Por la Iglesia entera llamada a ser ejemplo de conversión evangélica: para que incesantemente se reforme en sus instituciones y se renueve en sus miembros, según el modelo que es Cristo. Roguemos al Señor. Por nuestro mundo, dividido por el odio y la guerra en ricos y pobres, dominadores y dominados, explotadores y explotados, vencedores y vencidos: para que por la conversión del corazón sea posible la reconciliación y la paz. Roguemos al Señor. Por nuestros hermanos más necesitados; Por los que sufren los efectos de esta pandemia, de cualquier enfermedad o están postrados en el lecho del dolor; para que sientan la cercanía de la comunidad y experimenten la realidad que afirmamos al decir que Dios es amor y no hay amor sin caridad, Roguemos al Señor Por la Orden de los Mínimos, y especialmente por nuestra fraternidad. Para que continuemos esforzándonos para ser verdaderos “mínimos” imitando las virtudes de san Francisco de Paula y como el beato Gaspar de Bono demos dignos frutos de conversión y caridad. Roguemos al Señor Por todos los aquí presentes: para que sepamos reconocer nuestros pecados y progresemos constantemente en la conversión del corazón. Roguemos al Señor. Confírmanos, Señor, en el espíritu de penitencia con que a nosotros, discípulos de San Francisco de Paula, nos has llamado a seguir a Cristo; y que la austeridad exterior que practicamos vaya siempre acompañada por la sinceridad de corazón. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. Oración para todos los días ¡Santo Beato Gaspar de Bono! Vos que tanto mortificasteis vuestro cuerpo y padecisteis tantas privaciones para aseguraros el fruto de la Redención. Mirad las miserias de nuestra alma y tened compasión de nosotros. Por vuestra intercesión poderosa presentadnos delante de Jesús y de María, de los que imploramos el perdón de nuestros pecados. Comunicadnos una centella de la caridad de la que vuestro corazón está inflamado y, a imitación vuestra, haced que la voluntad divina sea la única regla en nuestra vida. Alcanzadnos la gracia que os pedimos, así como una filial devoción a la pasión del Señor y a los dolores de su Santísima Madre, para así perseverar en su servicio y ganar la vida eterna. Amén De los milagros del Santo Beato Gaspar de Bono Antonio de Guilla, cirujano de la ciudad de Valencia en 1624, fue acometido por una fiebre maligna, fruto de la cual se le puso un fuerte dolor en el pie izquierdo que en breve le llegó a la rodilla. Creyendo los médicos que lo asistían que esto fuera una gangrena, determinaron hacer la amputación de la pierna, pero ni así aseguraban la vida del paciente. Preparándose para dicha operación con las Santos Sacramentos, le inspiró el Señor le pidiese la salud por intercesión del padre Gaspar de Bono; por lo que recordando que tenía un retrato, mandó se lo llevasen al lecho del dolor, donde tan pronto lo vio, le pidió la salud. Conoció mejoría en sus dolores y al poco rato, tanto el enfermo como los médicos coincidieron en que la maligna enfermedad había desaparecido, por lo que, en pocos días, saliendo en plena salud de su casa, fue a dar gracias a su bienhechor a la iglesia conventual de San Sebastián. Sois el primer resplandor del Sol de la caridad; Dadnos Gaspar tu favor, en cualquiera adversidad. De tan hermoso lucero Valencia fue el claro oriente, y San Nicolás la fuente que os santificó primero, logrando nuevo esplendor con tu bella claridad. Dadnos Gaspar tu favor, en cualquiera adversidad. Los que humildes y devotos os rinden adoraciones, llenadles de bendiciones y admitid también sus votos, pues con el mayor fervor imploran vuestra Piedad: Dadnos Gaspar tu favor, en cualquiera adversidad. Oremos Oh Dios, que has querido darnos en el Beato Gaspar un modelo singular de tu amor, en su milicia terrena y más en la profesión de los consejos evangélicos, concédenos por su intercesión que perseverando siempre en tu servicio merezcamos alcanzar el premio eterno. Por Nuestro Señor Jesucristo… Himno al Beato Gaspar Gaspar de Dios amado; Gaspar de Dios amante, lucero deslumbrante de limpio fulgor; contempla desde el cielo tu Orden sacrosanta, que plácida te canta sus cánticos de amor. Formaron tus encantos Jesús, José y María; la santidad heroica fue siempre tu ideal, y al Padre San Francisco tomando por tu guía, las cumbres escalas del Reino celestial. |
11/7/21
22/5/21
¡FELIZ PENTECOSTÉS!
SECUENCIA DEL ESPÍRITU SANTO
4/4/21
2/4/21
VIERNES SANTO Y PÍO TRÁNSITO DE N. P. SAN FRANCISCO DE PAULA
«De igual modo ha dicho que en cierta ocasión yendo él con su maestro de obras a decir misa en la iglesia que el hermano Francisco había construido, como no tenían fuego, el mismo testigo preguntó al Hermano que dónde podía cogerlo. Él respondió: “Mira, por caridad, que tiene que haber en aquellos tizones que están en un rincón de la capilla”. El testigo fue y sopló fuerte sobre los tizones, pero allí no había fuego. Volvió al hermano Francisco y le dijo: “Padre, no hay fuego en aquellos tizones”. A lo que replicó el Hermano: “Que sí, por caridad, que sí hay”. Entonces Francisco tomó aquellos mismos tizones que había visto el testigo, sopló sobre ellos y al punto se encendió la llama, y, prendidas las velas, dijo la misa».
No tenían fuego...
Miro al Crucificado y me miro. Reconozco que mi vivencia y compromiso cristianos están muchos días a la baja; al alza en incongruencias. En la masa de la cotidianidad en la que estoy inserto mi actitud pocas veces «ilumina y sazona» (cf. Mt 5, 13-16). Ya quisiera, cual discípulo de Emaús, exclamar cada día que «mi corazón arde escuchando su Palabra mientras camino con Él» (cf. Lc 24, 32). Pero no, reconozco que hay días en los que no ardo, no me preocupo en mantener viva la llama de mi interioridad y unión con Él y, así, ni ilumino ni enciendo a otros. ¡Ay! (cf. Lc 12, 49). En medio de la sequedad y el sinsentido, yo también exclamo en ocasiones: «¡Dios mío!, ¡Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?» (Mt 27, 46).
Donde podía cogerlo… Tiene que haber en aquellos tizones...
Miro al Crucificado y me miro. ¿Aún no entiendes lo que significó la Cruz? ¿Piensas que sólo es cargarla en pos de Él sin llegar a ser clavado? (cf. Mc 8, 34). Volvemos a vivir la Semana Santa con todas las precauciones necesarias. Son muchos los que han fallecido y siguen muriendo, los que lo están pasando muy mal anímica y económicamente. Antes y después de la pandemia, ahora por el virus, antes y ahora por otras tantas situaciones de injusticia y maldad que siguen estando presente (cf. Ecle 1, 9). Han sido meses en los que los ánimos, mi ánimo, titila. Hasta nuestra Madre la Iglesia sufre: la cierran, se queda sin medios para ayudar, sin feligreses, sin vocaciones, con algunos de sus miembros trabajando por la desunión y no por la concordia, etc. Al fin y al cabo, tampoco escapa de la realidad humana herida por el pecado. Cuando todo se torna desierto, aridez, sequedad, sinrazón, seguimos, ¡sigues Señor!, «teniendo sed» (cf. Jn 19, 30). ¿Dónde reanimarnos? ¿Dónde reavivar la brasas?
Miro a San Francisco de Paula y me miro. Alarga su mano y me la muestra llena de brasas: «para el que ama a Dios nada hay imposible», desde tu rincón interior, historia de amistad con Dios, desde tu lugar en la Iglesia y en el Mundo. ¿No lo ves? ¡Hay fuego! La realidad, por más sombría que se torne, jamás extinguirá por completo aquellos tizones que son la misma Cruz en amor abrasada y abrazada por Cristo.
No hay fuego… Que sí, por caridad, que sí hay...
Miro al Crucificado y me miro. ¿Realmente «está todo consumado» (cf. Jn 19, 30)? ¡Es todo tan difícil! ¡Parece todo tan inútil! Si es que todo está por hacer. Pareciera que has sido asesinado, que has muerto para nada. Si me falta tanto por cambiar, tanto por amar, tanto por abandonarme en ti. Por mucho que sople no avivo las brasas, no hay fuego, incluso hacen/hago de todo por apagarlo. Increencia, materialismo, relativismo, nihilismo. ¡Sopla conmigo Señor!
«La cruz nos indica una forma distinta de medir el éxito: a nosotros nos corresponde sembrar, y Dios ve los frutos de nuestras fatigas. Si alguna vez nos pareciera que nuestros esfuerzos y trabajos se desmoronan y no dan fruto, tenemos que recordar que nosotros seguimos a Jesucristo, cuya vida, humanamente hablando, acabó en un fracaso: en el fracaso de la cruz».
Miro a San Francisco de Paula y me miro. Que sí, por caridad, confía, «encomienda tu espíritu en Él» (cf. Lc 23, 46) que Él hará el resto -con esa misma confianza acaba de recordar a todos sus hijos, que el voto de vida cuaresmal es posible e indispensable-. En esa misma confianza, agradece, confía, ora, vive los sacramentos, cumple los mandamientos y obra misericordia; ya en el Tabor, ya en el Gólgota, que en el fracaso y la oscuridad de tus «viernes santos» ya anida la gloria de su Resurrección.
Y, prendidas las velas, dijo la Misa…
«Asimismo, oíd reverentemente la Santa Misa para que, provistos con las armas saludables de la acerba Pasión de Cristo, que se renueva en la Misa, permanezcáis fuertes y firmes en la observancia de los mandamientos de Dios. Y os aconsejamos también que en la Misa roguéis devotamente para que la preciosa muerte de Cristo sea hecha vida vuestra, y su dolor vuestra medicina, y sus fatigas eterno descanso para vosotros».
En este Viernes Santo, al pie de la Cruz en la que Cristo «entregó su Espíritu» (Jn 19, 30), dejémonos vivificar y reanimar por Él. Por la gracia de Dios, su muerte es nuestra vida, su dolor nuestra medicina, sus fatigas nuestro descanso. Recordémoslo siempre. Que no pare nuestro corazón de darse incluso hasta la muerte, sin creer que todo está en nuestro hacer, sino también desde nuestro dejarnos hacer, dejarnos convertir, en unión y en intimidad con Él, aunque el desánimo y la asedia puedan ser algunos días nuestro único «fruto digno de penitencia» (cf. Mt 3, 8).