12/7/21

PRIMER DÍA TRIDUO AL BEATO GASPAR DE BONO






TRIDUO AL BEATO GASPAR DE BONO 
PRIMER DÍA 


Iniciamos hoy el triduo en honor al Santo Beato Gaspar de Bono, fraile que residió en este convento de la Orden de los Mínimos en Alaquàs y del que podemos tomar clarísimas referencias de lo que es la espiritualidad de san Francisco de Paula.

Hoy vamos a pedir especialmente por los Frailes de la Orden de los Mínimos, nuestros hermanos “mayores”, para que el Señor les ilumine y continúen extendiendo el carisma Mínimo por el mundo. 

Por todos ellos, conocidos o no, vamos a dar gracias a Dios, por el Corrector General, P. Gregorio Colatorti, por el Delegado en España, P. Victoriano, por el ministerio de Mn. Morosini, arzobispo emérito de Reggio Calabria, que nos visitó siendo Corrector General en 2001 y por el P. Abilio León, actualmente en el convento de Sevilla, al que nos une una estrecha amistad desde 1982 cuando nos visitó por primera vez con motivo del novenario y que ha celebrado, el pasado día 27 de junio, sus bodas de oro sacerdotales.

Para los que no podáis acompañarnos en las celebraciones en el templo parroquial, os queremos compartir los textos que vamos a utilizar para que, unidos en la oración pidamos al Señor, por intercesión del Beato Gaspar de Bono, las virtudes que nos ayuden a ser más santos.


Invocación inicial:

Clementísimo y dulcísimo Señor: Iluminad nuestras mentes e inflamadnos los corazones, para que, con el auxilio de vuestra Divina Majestad, nos consagremos estos días en honrar y venerar la memoria de vuestro siervo, el beato Gaspar de Bono, de la Orden de los Mínimos de San Francisco de Paula.

Acto de contrición

Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.

Para vivir el triduo desde casa, os proponemos el rezo de los misterios gozosos del Santo Rosario o, tal y como haremos en la parroquia la oración de Vísperas (lunes de la III Semana)


De la vida del Beato

Gaspar de Bono, nació en Valencia, en la calle Cañete, el 5 de enero de 1530. Hijo de un tejedor gascón, después de una infancia marcada por la extrema pobreza de su familia, tras trabajar en Valencia como dependiente para un comerciante de tejidos y después de una corta estancia con los Dominicos (religión que abandonó por el mismo motivo), se alistó como soldado de caballería, permaneciendo en la milicia unos diez años, durante los cuales participó en las campañas de Italia y Francia, hasta que resultó gravemente herido cerca de Pavía, haciendo entonces voto a san Francisco de Paula y a la Virgen de los Desamparados de que si salía con bien del trance, sería religioso mínimo. Una vez recuperado, cumplió lo prometido y entró de inmediato en la Orden de San Francisco de Paula, profesando en el convento de san Sebastián de Valencia el 17 de junio de 1561.


Oración para el día primero

Señor mío Jesucristo, padre y redentor de nuestras almas, por el gran amor que te mostró desde sus primeros años el santo beato Gaspar de Bono, que no encontrando en su entretenimiento mayor contento que ir cantando por las calles de Valencia las letanías de la Virgen, animando a otros niños a que, junto con él, alabaran a la Madre de Dios y os repitieran con frecuencia: ¡Señor, misericordia y perdón! Te pedimos nos concedas imitarlo pidiendo perdón por nuestros pecados, con dolor y propósito de enmienda, para alcanzar la santidad y la vida eterna. Amén

Padrenuestro, avemaría y gloria (3 veces)

Después de cada gloria, repetiremos la jaculatoria: ¡Jesús mío, misericordia!


Preces

Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso, y por intercesión de San Francisco de Paula y del Beato Gaspar de Bono, imploremos la misericordia de Aquel que no desea la muerte del pecador, sino que se convierta y viva.

Por la Iglesia entera llamada a ser ejemplo de conversión evangélica: para que incesantemente se reforme en sus instituciones y se renueve en sus miembros, según el modelo que es Cristo. Roguemos al Señor.

Por nuestro mundo, dividido por el odio y la guerra en ricos y pobres, dominadores y dominados, explotadores y explotados, vencedores y vencidos: para que por la conversión del corazón sea posible la reconciliación y la paz. Roguemos al Señor.

Por nuestros hermanos más necesitados; Por los que sufren los efectos de esta pandemia, de cualquier enfermedad o están postrados en el lecho del dolor; para que sientan la cercanía de la comunidad y experimenten la realidad que afirmamos al decir que Dios es amor y no hay amor sin caridad, Roguemos al Señor

Por la Orden de los Mínimos, y especialmente por nuestra fraternidad. Para que continuemos esforzándonos para ser verdaderos “mínimos” imitando las virtudes de san Francisco de Paula y como el beato Gaspar de Bono demos dignos frutos de conversión y caridad. Roguemos al Señor

Por todos los aquí presentes: para que sepamos reconocer nuestros pecados y progresemos constantemente en la conversión del corazón. Roguemos al Señor.

Confírmanos, Señor, en el espíritu de penitencia con que a nosotros, discípulos de San Francisco de Paula, nos has llamado a seguir a Cristo; y que la austeridad exterior que practicamos vaya siempre acompañada por la sinceridad de corazón. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


Oración para todos los días

¡Santo Beato Gaspar de Bono!

Vos que tanto mortificasteis vuestro cuerpo y padecisteis tantas privaciones para aseguraros el fruto de la Redención. Mirad las miserias de nuestra alma y tened compasión de nosotros.

Por vuestra intercesión poderosa presentadnos delante de Jesús y de María, de los que imploramos el perdón de nuestros pecados. 

Comunicadnos una centella de la caridad de la que vuestro corazón está inflamado y, a imitación vuestra, haced que la voluntad divina sea la única regla en nuestra vida.

Alcanzadnos la gracia que os pedimos, así como una filial devoción a la pasión del Señor y a los dolores de su Santísima Madre, para así perseverar en su servicio y ganar la vida eterna. Amén


De los milagros del Santo Beato Gaspar de Bono

Antonio de Guilla, cirujano de la ciudad de Valencia en 1624, fue acometido por una fiebre maligna, fruto de la cual se le puso un fuerte dolor en el pie izquierdo que en breve le llegó a la rodilla. Creyendo los médicos que lo asistían que esto fuera una gangrena, determinaron hacer la amputación de la pierna, pero ni así aseguraban la vida del paciente.

Preparándose para dicha operación con las Santos Sacramentos, le inspiró el Señor le pidiese la salud por intercesión del padre Gaspar de Bono; por lo que recordando que tenía un retrato, mandó se lo llevasen al lecho del dolor, donde tan pronto lo vio, le pidió la salud.

Conoció mejoría en sus dolores y al poco rato, tanto el enfermo como los médicos coincidieron en que la maligna enfermedad había desaparecido, por lo que, en pocos días, saliendo en plena salud de su casa, fue a dar gracias a su bienhechor a la iglesia conventual de San Sebastián.


Gozos al Beato

Sois el primer resplandor
del Sol de la caridad;
Dadnos Gaspar tu favor,
en cualquiera adversidad.

De tan hermoso lucero
Valencia fue el claro oriente,
y San Nicolás la fuente
que os santificó primero,
logrando nuevo esplendor
con tu bella claridad.

Dadnos Gaspar tu favor,
en cualquiera adversidad.

Los que humildes y devotos
os rinden adoraciones,
llenadles de bendiciones
y admitid también sus votos,
pues con el mayor fervor
imploran vuestra Piedad:

Dadnos Gaspar tu favor,
en cualquiera adversidad.

Oremos

Oh Dios, que has querido darnos en el Beato Gaspar un modelo singular de tu amor, en su milicia terrena y más en la profesión de los consejos evangélicos, concédenos por su intercesión que perseverando siempre en tu servicio merezcamos alcanzar el premio eterno. Por Nuestro Señor Jesucristo…


Himno al Beato Gaspar

Gaspar de Dios amado;
Gaspar de Dios amante,
lucero deslumbrante de limpio fulgor;
contempla desde el cielo tu Orden sacrosanta,
que plácida te canta sus cánticos de amor.

Formaron tus encantos Jesús, José y María;
la santidad heroica fue siempre tu ideal,
y al Padre San Francisco tomando por tu guía,
las cumbres escalas del Reino celestial.


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