31/3/24

¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!


 

«Se inclinó,

pero sólo vio los lienzos

y se volvió a su casa,

asombrado por lo sucedido»

(Lc 24, 12)


Yo también Señor

quiero vivir inclinándome,

para ver mejor, para reflexionar mejor,

para rendirme

desde mi nada ante tu todo,

para verte en mi prójimo

y tratarlo debidamente,

para ser en verdad humilde,

no para ser ensalzado

sino en plenitud siervo inútil.


Yo también veo los lienzos,

los que me mantienen amortajado en vida,

como muerto estaba el hijo pródigo,

como triste se fue el joven rico,

pero sé que tú eres la Vida

y que, aún con sus lienzos,

Lázaro abandonó la tumba.

Ayúdame Señor

quiero reconocer y desatar mis lienzos,

todo aquello que me aparta de ti.


No dejes que me vuelva a casa como si nada,

incluso apesadumbrado

con el mismo miedo de los discípulos

que andaban encerrados

como si tu Reino no fuera también mi misión,

como si tu Salvación no fuera

un regalo precioso que recordar a todos,

y hacerlo vida

y ponerlo por obra

y manifestarlo presencia tuya renovada

en medio de nuestra historia,

en medio de este valle de lágrimas...


Y déjame asombrarme cada día,

como María,

reconociendo las maravillas que haces en mí

y en los que me rodean,

alegrándome en la dicha perfecta

de tu Resurrección

que es, desde ya, la nuestra.

Déjame Señor inclinarme,

ver,

volver a tu casa

y asombrarme.


¡Feliz Pascua de Resurrección!


Enrique