1/5/20

501º ANIVERSARIO DE LA CANONIZACIÓN DE SAN FRANCISCO DE PAULA


El 1 de Mayo de 1519, el papa León X, canonizó al eremita calabrés que él mismo conoció en vida. San Francisco de Paula pasaba así a formar parte de la nómina de santos fundadores de la Iglesia Católica. 
De esta ceremonia se puede comentar, como curiosidad, que fue donde se exhibió por primera vez el lema "Charitas" en grandes dibujos pues, para hacer alusión al santo, se decidió escoger esa palabra como lema "pues siempre la usaba y todo lo hacía en caridad." 
Así, junto a los emblemas de la ciudad de Roma y del papa, todos los asistentes pudieron observar el "Charitas" que, desde entonces, sería parte integrante de la iconografía habitual del recién canonizado.

La buena nueva de la canonización se conoció tres días más tarde, el 4 de mayo de 1519, en la Paola natal del santo de ahí que muchos sigan celebrando al santo en tal fecha y que, entre otras cosas, hasta el próximo 4 de mayo sigamos disfrutando de este año jubilar decretado por el V Centenario de la Canonización y cuyo decreto e indulgencias pueden repasar en este enlace DECRETO E INDULGENCIA V CENTENARIO CANONIZACIÓN


ORACIÓN DEL AÑO JUBILAR 

Alabanza y gloria a ti, 
Señor Padre bueno, 
que por medio de tu Verbo hecho carne 
has querido que fuéramos parte 
de tu pueblo santo. 

Te agradecemos 
porque todavía hoy te haces presente 
a través de San Francisco de Paula, 
regalo del Espíritu a la Iglesia, 
para iluminarnos a nosotros 
penitentes en camino a la Pascua.

En él, mínimo entre los mínimos,
nos inspiramos para ser personas de fe y caridad, 
entregados totalmente a la gracia del Evangelio. 

De él, humilde penitente, 
escuchamos cómo privilegiar el encuentro contigo, Padre, 
para compartir la misericordia y el perdón, 
necesarios para construir tu Reino. 

Con la misma pasión nos esforzamos 
en acoger a cada persona, 
en su singularidad y dignidad, 
para crear una sociedad más humana y justa. 

Con él queremos seguir al Señor Jesús, 
Camino, Verdad y Vida, 
prefiriendo los caminos de los pobres, 
de los necesitados, de los últimos. 

Por su intercesión 
concédenos aspirar todos los días 
a las cosas de arriba 
para que el mundo vea 
la cara hermosa de la humanidad 
llamada a ser santa 
como tú eres santo. 

Amén.

DÍA 7º.- NOVENARIO A SAN FRANCISCO DE PAULA - ALAQUÀS (VALENCIA)

DÍA SÉPTIMO
Contemplando la virtud de la PACIENCIA


(+) En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
“Glorioso Padre y Patriarca, San Francisco de Paula, pues os levantasteis con el glorioso renombre de taumaturgo en la Iglesia y sois el plenipotenciario de Dios, interceded con el Señor, si ha de ser para mayor honra y gloria suya y mi salvación, que consiga lo que pido y deseo en esta novena; Alcanzadme esta gracia si me conviene, y si no, enderezad mi petición y pedidle me dé aquello que más me convenga, para que yo consiga la vida eterna y le ame para siempre”.

(Ante la imposibilidad de elevar la alabanza del trisagio, cada persona contemple los misterios del Santo Rosario o la oración de Vísperas, según le sea más práctico o tenga costumbre.)

LECTURA BÍBLICA (2 Pe 3, 8-9. 14-15) 
"Mas una cosa no podéis ignorar, queridos: que ante el Señor un día es como mil años y, mil años, como un día. No se retrasa el Señor en el cumplimiento de la promesa, como algunos lo suponen, sino que usa de paciencia con vosotros, no queriendo que algunos perezcan, sino que todos lleguen a la conversión.
Por lo tanto, queridos, en espera de estos acontecimientos, esforzaos por ser hallados en paz ante él, sin mancilla y sin tacha. La paciencia de nuestro Señor juzgadla como salvación, como os lo escribió también Pablo, nuestro querido hermano, según la sabiduría que le fue otorgada."

REFLEXIÓN (Mn. Pedro San Clemente)
LA PACIENCIA. 2 Pe 3,8-9.14-15
Al reflexionar sobre la paciencia me viene enseguida a la mente la anécdota que contaba un amigo sacerdote recordando que muchas veces cuando alguien en el confesonario se acusa de que “no tiene paciencia”, éste suele decirle que la paciencia no la venden en las tiendas y que por tanto hay que pedirla, pero no como si fuera un producto que adquirimos, algo exterior a nosotros, sino que debemos pedir que brote de nosotros, que brote en nosotros.
Por eso dentro de nuestro novenario a san Francisco de Paula, que este año celebramos en casa, vamos a pedir por su intercesión no ya tener la virtud de la paciencia; mejor, vamos a pedir “ser pacientes”, vamos a pedir que la paciencia forme parte de nuestro ser, como formó parte del ser de san Francisco de Paula, especialmente en este tiempo de confinamiento que estamos viviendo.
Generalmente se ha identificado la paciencia como la virtud de hacer frente al mal actuando sin ira, de mantenerse firme frente a las situaciones arduas y difíciles. Esto ya nos indica que ser paciente no consiste en permanecer estático, parado, sino que requiere una acción, un esfuerzo.
Por eso, a la paciencia va unida la fortaleza, pero de nuevo tenemos que personalizar estas virtudes para no verlas como algo externo a nuestro ser. Mejor debemos decir que “ser pacientes” conlleva “ser fuertes”, porque hacer frente al mal y mantenerse firme ante situaciones difíciles requiere a menudo un trabajo físico, mental y espiritual difícil y costoso.
Decíamos que la paciencia hay que pedirla, hay que pedir “ser pacientes”. Y para pedirlo adecuadamente, es bueno en primer lugar que reconozcamos nuestras “impaciencia” para abrirnos al Dios paciente y misericordioso que se nos ha revelado en Jesús.
Porque si repensamos la historia de la salvación, encontraremos numerosos ejemplos de la paciencia de Dios: en el Éxodo, a pesar de las múltiples infidelidades y desconfianzas del pueblo (o sea, de su falta de paciencia), Dios, con mucha paciencia, les ofrece nuevas oportunidades. En los Salmos a menudo Dios aparece como lento a la cólera y rico en misericordia… Si nos detenemos a pensar, ¿no hace lo mismo también con nosotros? ¿Cuántas veces hemos sido desconfiados, infieles, hubiéramos “merecido su castigo”, pero nos ha dado nuevas oportunidades?
Y Dios demostró su inmenso amor y su infinita paciencia cuando envió a su Hijo al mundo. En Jesús tenemos la personificación de la paciencia, al que verdaderamente “es paciente” en su vida, puesto que no ha venido a llamar a los justos sino a los pecadores a que se conviertan y está dispuesto a enseñarles con calma para lograrlo.
Jesús es paciente en su muerte, soportando sin rebelarse incluso una muerte de cruz, esperando que así nos convirtamos. Hace poco celebrábamos la Semana Santa de manera tan particular como este novenario en casa. Al contemplar el ejemplo de Jesús ¿no nos mueve a querer ser también nosotros pacientes, para responder a su paciencia, misericordia y amor?
Decía el apóstol san Pablo: “La paciencia de Dios es nuestra salvación”, y por eso hoy pedimos ser pacientes. Y Dios no ha dejado de darnos ejemplos de personas pacientes, entre ellas, san Francisco de Paula, un fruto de la paciencia de Dios, de un crecimiento y maduración en la fe de quien se alimenta de la Eucaristía.
En san Francisco de Paula vemos plasmada la paciencia como la capacidad de mantenerse firme frente a las situaciones difíciles. Seguro que podrán recordar muchos momentos de la vida del Santo donde muestra su “ser paciente”. Permítanme que les recuerde aquel momento en el que habiendo recibido del padre Antonio Scozzeta mordaces críticas, un día en el que recibe su visita en la que vuelve a reprender la vida de nuestro santo, estando junto a la lumbre, san Francisco sin responderle, mete las manos en el fuego y las llena de carbones encendidos. Dirigiéndose al padre Antonio y teniendo largo rato las brasas en sus manos dijo: “Por caridad, caliéntese”.
Que como san Francisco de Paula podamos ser pacientes, es decir, capaces de mantenernos firmes frente a las situaciones difíciles, sin ira; con la fuerza para hacer frente al mal, siendo defensores valientes y decididos, guiados por la caridad, de los pobres y oprimidos, participando en sus penas y alentándolos en sus dificultades. Que aprendamos del santo de Paula que el amor, la “Charitas”, requiere también de nosotros trabajar con esperanza para transformar la realidad, con una actitud de paciencia, de fortaleza, de perseverancia ante situaciones difíciles como las que hoy nos toca vivir a causa de la pandemia del coronavirus, que tanto dolor y sufrimiento provoca en nuestro mundo hoy.

ORACIÓN PARA PEDIR LA VIRTUD DE LA PACIENCIA
¡Oh, glorioso San Francisco de Paula!, por la gran paciencia con la que soportaste las adversidades que encontraste en el largo recorrido de tu vida, ayúdanos a dominar nuestra naturaleza a fin de que, viviendo siempre contentos, nos impacientemos sólo en contra de nuestras malas costumbres, y nunca contra nuestros semejantes. ¡Oh pacientísimo Santo!, dígnate conseguirnos del buen Dios, junto con la virtud de paciencia en nuestros trabajos, el perdón de todas nuestras culpas y la gracia que tanto te pedimos. Alcánzanos la paz interior –verdadero distintivo de los hijos de Dios – para que no se turbe ante las tentaciones; de manera que, sufriendo con paciencia las contrariedades de esta vida, nos haga merecedores de gozar contigo la paz de la eterna felicidad. Amén

(En memoria de los 6 años que estuvo san Francisco de Paula en el desierto de Paula rezaremos 3 padrenuestros con Avemaría y gloria o recitamos las Letanías de San Francisco)

LETANÍAS DE SAN FRANCISCO DE PAULA
Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad
Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos
Dios, Padre celestial, ten misericordia de nosotros
Dios, Hijo, Redentor del mundo
Dios, Espíritu Santo
Trinidad Santa, un solo Dios
Santa María, ruega por nosotros
Santa Madre de Dios
Santa Virgen de las Vírgenes
San Francisco de Paula
Pastor clementísimo
Guardián solícito
Intercesor eficaz
Protector asiduo
Abogado nuestro
Patrón amable
Modelo de penitencia
Norma de humildad
Fundador de los Mínimos
Portaestandarte de la caridad
Seguidor de la pobreza
Regla de la castidad
Padre de los pobres
Amparo de los débiles
Varón lleno del Espíritu Santo
Impetrador de favores
Ayuda en las angustias
Tú, que venciste al demonio y al pecado
Tú, que curaste a los enfermos
Tú, que resucitaste a los muertos
Taumaturgo en todo género de milagros
Santo Padre de los Mínimos, conserva tu familia, te rogamos óyenos.
Santo Padre Francisco de Paula, guarda nuestra ciudad y al mundo entero
Santo Padre, intercede por nosotros 
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten misericordia de nosotros.

CANTO
Oh san Francisco glorioso 
de Paula realce y honor.
Míranos Tú, bondadoso, 
y danos Fe y santo amor.

¡Oh gran Francisco, muy amable Santo,
con tierno corazón de Serafín!
A los devotos que te invocan tanto,
concede gracia y dichoso fin.

¡Oh San Francisco glorioso!…

Después del canto, haremos un momento de silencio, pediremos por todos los fieles difuntos, por el fin de la pandemia, así como la gracia especial que, por intercesión de san Francisco de Paula, deseemos alcanzar. 

ORACIÓN GENERAL
Santísimo Padre mío, San Francisco de Paula, yo os suplico por la pasión y muerte de Jesús, de quien fuisteis tan devoto, y por su Santísima Madre, de quien en el desierto recibisteis preciosísimo néctar, me alcancéis el mayor favor que es un amor a todas las virtudes y la perseverancia en ellas; El que no sea yo tan infeliz, que llegue a entrar en el camino de la perfección y no acabe la carrera: antes merezca por vuestra intercesión, un verdadero arrepentimiento de todos mis pecados, que el demonio huya de mi para que no me engañe, ni atienda yo a sus halagos acibarados y llegue al último grado de las virtudes, que es el amor de Dios, y gozar en compañía de la Virgen Madre y de todos los coros de los ángeles, de la vuestra y de todos los demás santos del cielo, los eternos regalos de la gloria. Amén

GOZOS
Sois lucero de humildad, 
Francisco en Paula nacido. 
Mínimo de Dios querido, 
nuevo sol de caridad. 

Con trabajo corporal 
un templo a Dios dedicasteis, 
donde milagros obrasteis 
que os dan blasón inmortal; 
gozando la eternidad 
que humilde habéis merecido.
Mínimo de Dios... 

Sois de Cristo tan amado, 
Francisco glorioso y santo, 
que cual nave, vuestro manto,
pasasteis el mar salado,
sin que su ferocidad 
ni el viento os haya ofendido.
Mínimo de Dios... 

En toda necesidad,
nuestro ruego es de ti, oído,
Mínimo de Dios querido, 
nuevo sol de caridad. 

V/. Ruega por nosotros San Francisco de Paula
R/. Para que seamos dignos de alcanzar, las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

ORACIÓN
Señor, Dios nuestro, grandeza de los humildes, que has elegido a san Francisco de Paula, Mínimo entre los hermanos, para elevarlo a la gloria de tus santos, concédenos, por su intercesión y a imitación suya, alcanzar de tu misericordia el premio prometido a los humildes. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén

HIMNO A SAN FRANCISCO DE PAULA
Al Mínimo de Dios querido,
nuestro Padre protector,
himnos de gloria y honor,
cantémosle, cantémosle sin cesar:
Patriarca San Francisco
de Paula nuestro consuelo,
gloria te den tierra y cielo,
por tu grande Caridad.

En día de tribulaciones,
a Ti acude, a Ti acude, Santo mío
este es tu pueblo querido
postrándose ante tu altar
y al pedirte en la oración
un favor hemos sentido;
vuestro manto nuestro nido
y sostén la Caridad.

30/4/20

DÍA 6º.- NOVENARIO A SAN FRANCISCO DE PAULA - ALAQUÀS (VALENCIA)

SEXTO DÍA
Contemplando la virtud de la POBREZA


(+) En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
“Glorioso Padre y Patriarca, San Francisco de Paula, pues os levantasteis con el glorioso renombre de taumaturgo en la Iglesia y sois el plenipotenciario de Dios, interceded con el Señor, si ha de ser para mayor honra y gloria suya y mi salvación, que consiga lo que pido y deseo en esta novena; Alcanzadme esta gracia si me conviene, y si no, enderezad mi petición y pedidle me dé aquello que más me convenga, para que yo consiga la vida eterna y le ame para siempre”.

(Ante la imposibilidad de elevar la alabanza del trisagio, cada persona contemple los misterios del Santo Rosario o la oración de Vísperas, según le sea más práctico o tenga costumbre.)

LECTURA BÍBLICA (2 Cor 8, 9-15)
"No es una orden; sólo quiero, mediante el interés por los demás, probar la sinceridad de vuestra caridad. Pues conocéis la generosidad de nuestro Señor Jesucristo, el cual, siendo rico, por vosotros se hizo pobre a fin de que os enriquecierais con su pobreza. Os doy un consejo sobre el particular: que es lo que os conviene a vosotros, ya que desde el año pasado habéis sido los primeros no sólo en hacer la colecta, sino también en tomar la iniciativa. Ahora llevadla también a cabo, de forma que a vuestra prontitud en la iniciativa corresponda la realización conforme a vuestras posibilidades. Pues si hay prontitud de voluntad es bien acogida con lo que se tenga, y no importa si nada se tiene. No que paséis apuros para que otros tengan abundancia, sino con igualdad. Al presente, vuestra abundancia remedia su necesidad, para que la abundancia de ellos pueda remediar también vuestra necesidad y reine la igualdad, como dice la Escritura: El que mucho recogió, no tuvo de más; y el que poco, no tuvo de menos."

REFLEXIÓN (Mn. Pedro San Clemente)

LA POBREZA (2 Cor 8, 9-15)
Dentro de este novenario en honor a san Francisco de Paula, hoy se nos propone reflexionar acerca de la pobreza, como una virtud que vivió nuestro santo y que también nosotros debemos incorporar a nuestra vida como cristianos. Por eso, necesitamos entender bien lo que significa la pobreza y “ser pobres”, ya que como resaltó el Concilio Vaticano II, esta opción nos permite concretar el seguimiento de Cristo.
Si echamos una rápida mirada a la Biblia descubrimos que los pobres ocupan un puesto relevante. Y frente a los pobres, frente a la pobreza, ya sea material o espiritual, Dios actúa.
Dios mismo se hizo pobre, como indica san Pablo: “…nuestro Señor Jesucristo, el cual siendo rico, se hizo pobre por vosotros, para enriqueceros con su pobreza” (2 Cor 8, 9). Este versículo nos da la clave para entender la pobreza, y para desear vivirla: tenemos que mirar al Señor, Él es nuestro camino a seguir, como hizo el santo de Paula.
Jesús y su familia vivieron en la pobreza, con temporadas muy duras, como el nacimiento de Jesús en un establo, exiliados después en Egipto. Pero la pobreza de Jesús no fue una pobreza extrema. Jesús dispone de bienes materiales humildes pero suficientes. La pobreza de Jesús se manifiesta en el ocultamiento de su divinidad, en su mansedumbre, en su aceptación consciente de la cruz, en su adhesión a la voluntad del Padre.
La pobreza de Jesús queda patente al evangelizar a los pobres, al solidarizarse con los pobres, al compartir sus esperanzas. Para Jesús son pobres no sólo los indigentes, sino también los pecadores, los enfermos… a quienes dirige una palabra de salvación. Más aún, llama bienaventurados a los pobres porque de ellos es el Reino de Dios.
Jesús dio ejemplo de pobreza y es desde esa pobreza desde la que Jesús puede pedir a quienes le siguen que hagan lo mismo, dando instrucciones acerca del uso correcto de los bienes materiales con libertad de espíritu.
En los Hechos de los apóstoles, tal como estamos leyendo en este tiempo pascual, el ejemplo de Jesús fue seguido por los apóstoles buscando modelos de solidaridad y servicio a favor de los pobres, siendo este servicio uno de los distintivos de las comunidades cristianas.
Y a lo largo de la historia de la Iglesia encontramos múltiples y claros testimonios sobre la pobreza como instrumento para vivir una relación de particular intimidad con el Señor. Y esto es lo que entendió y quiso para sí San Francisco de Paula. Su testimonio cuestionó a otros y empezó el germen de la futura Orden de los Mínimos, de los cuales nosotros somos hoy aquí sus herederos.
La llamada de Jesús a seguir el camino de la pobreza, para atender a los pobres y luchar contra la pobreza, como hizo san Francisco de Paula, continúa plenamente vigente. 
Lo esencial de un cristiano es que su vida, su palabra y su acción sean la concreción de su opción por el seguimiento de Jesús. Para conseguirlo es necesario conocerlo a Él, celebrar la fe y después encarnar su estilo de vida pobre y humilde con la certeza de estar en las manos del Padre, como hizo el Santo de Paula. Estoy convencido, el espíritu de pobreza es proporcional al desarrollo espiritual. Pidamos, pues, en este día de novenario la gracia de crecer en la pobreza evangélica. El ejemplo de san Francisco de Paula nos muestra que ese camino es posible para todos los que, como él, se tomen en serio la fe en Cristo Resucitado.

ORACIÓN PARA PEDIR LA VIRTUD DE LA POBREZA
¡Oh, glorioso San Francisco de Paula!, muy fiel amante de Dios, que cuanto más pobre querías ser, tanto más fuiste enriquecido de todo poder humano y divino. Alcánzanos la gracia que ahora te pedimos con el mayor fervor de nuestro espíritu. ¡Oh verdadero pobre de Jesucristo!, haz que también nosotros, conociendo la caducidad de todos los bienes de la tierra, logremos apreciar el tesoro inestimable de la gracia, e imitando tu pobreza en esta vida, consigamos hacernos ricos contigo en la patria del cielo. Amén

(En memoria de los 6 años que estuvo san Francisco de Paula en el desierto de Paula rezaremos 3 padrenuestros con Avemaría y gloria o recitamos las Letanías de San Francisco)

LETANÍAS DE SAN FRANCISCO DE PAULA
Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad
Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos
Dios, Padre celestial, ten misericordia de nosotros
Dios, Hijo, Redentor del mundo
Dios, Espíritu Santo
Trinidad Santa, un solo Dios
Santa María, ruega por nosotros
Santa Madre de Dios
Santa Virgen de las Virgenes
San Francisco de Paula
Pastor clemetísimo
Guardián solícito
Intercesor eficaz
Protector asiduo
Abogado nuestro
Patrón amable
Modelo de penitencia
Norma de humildad
Fundador de los Mínimos
Portaestandarte de la caridad
Seguidor de la pobreza
Regla de la castidad
Padre de los pobres
Amparo de los débiles
Varón lleno del Espíritu Santo
Impetrador de favores
Ayuda en las angustias
Tú, que venciste al demonio y al pecado
Tú, que curaste a los enfermos
Tú, que resucitaste a los muertos
Taumaturgo en todo género de milagros
Santo Padre de los Mínimos, conserva tu familia, te rogamos óyenos.
Santo Padre Francisco de Paula, guarda nuestra ciudad y al mundo entero
Santo Padre, intercede por nosotros 
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten misericordia de nosotros.

CANTO

Oh san Francisco glorioso 
de Paula realce y honor.
Míranos Tú, bondadoso, 
y danos Fe y santo amor.

Consuelo tiene para toda cuita;
el ciego ve, el mudo puede hablar,
con grande pasmo el muerto resucita,
el sordo oye y vése al cojo andar.

¡Oh San Francisco glorioso!, …

Después del canto, haremos un momento de silencio, pediremos por todos los fieles difuntos, por el fin de la pandemia, así como la gracia especial que, por intercesión de san Francisco de Paula, deseemos alcanzar. 

ORACIÓN GENERAL
Santísimo Padre mío, San Francisco de Paula, yo os suplico por la pasión y muerte de Jesús, de quien fuisteis tan devoto, y por su Santísima Madre, de quien en el desierto recibisteis preciosísimo néctar, me alcancéis el mayor favor que es un amor a todas las virtudes y la perseverancia en ellas; El que no sea yo tan infeliz, que llegue a entrar en el camino de la perfección y no acabe la carrera: antes merezca por vuestra intercesión, un verdadero arrepentimiento de todos mis pecados, que el demonio huya de mi para que no me engañe, ni atienda yo a sus halagos acibarados y llegue al último grado de las virtudes, que es el amor de Dios, y gozar en compañía de la Virgen Madre y de todos los coros de los ángeles, de la vuestra y de todos los demás santos del cielo, los eternos regalos de la gloria. Amén

GOZOS
Sois lucero de humildad, 
Francisco en Paula nacido. 
Mínimo de Dios querido, 
nuevo sol de caridad. 

Fuisteis divino varón 
por gran milagro engendrado, 
y de niño aficionado 
a virtud y religión, 
donde con fe y castidad 
continuo habéis asistido.

Mínimo de Dios… 

Es mínimo vuestro nombre 
porque a todo honor mundano 
gustasteis al dar de mano 
con tan subido renombre 
y en fe de aquesta verdad 
llevamos vuestro apellido.

Mínimo de Dios…

En toda necesidad,
nuestro ruego es de ti, oído,
Mínimo de Dios querido, 
nuevo sol de caridad. 

V/. Ruega por nosotros San Francisco de Paula
R/. Para que seamos dignos de alcanzar, las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

ORACIÓN
Señor, Dios nuestro, grandeza de los humildes, que has elegido a san Francisco de Paula, Mínimo entre los hermanos, para elevarlo a la gloria de tus santos, concédenos, por su intercesión y a imitación suya, alcanzar de tu misericordia el premio prometido a los humildes. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén

HIMNO DE SAN FRANCISCO DE PAULA
Al Mínimo de Dios querido, 
nuestro Padre protector, 
himnos de gloria y honor, 
cantémosle, cantémosle sin cesar: 
Patriarca San Francisco 
de Paula nuestro consuelo, 
gloria te den tierra y cielo, 
por tu grande Caridad. 

En día de tribulaciones, 
a Ti acude, a Ti acude, Santo mío 
este es tu pueblo querido 
postrándose ante tu altar 
y al pedirte en la oración 
un favor hemos sentido; 
vuestro manto nuestro nido 
y sostén la Caridad.

29/4/20

DÍA 5º.- NOVENARIO A SAN FRANCISCO DE PAULA - ALAQUÀS (VALENCIA)

QUINTO DÍA
Contemplando la virtud de la CASTIDAD




(+) En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
 
“Glorioso Padre y Patriarca, San Francisco de Paula, pues os levantasteis con el glorioso renombre de taumaturgo en la Iglesia y sois el plenipotenciario de Dios, interceded con el Señor, si ha de ser para mayor honra y gloria suya y mi salvación, que consiga lo que pido y deseo en esta novena; Alcanzadme esta gracia si me conviene, y si no, enderezad mi petición y pedidle me dé aquello que más me convenga, para que yo consiga la vida eterna y le ame para siempre”.

(Ante la imposibilidad de elevar la alabanza del trisagio, cada persona contemple los misterios del Santo Rosario o la oración de Vísperas, según le sea más práctico o tenga costumbre.)

LECTURA DEL EVANGELIO (Lc 1, 26-38)
"Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.» María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?» El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios.» Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y el ángel dejándola se fue."


REFLEXIÓN (Mn. Pedro San Clemente)
La Castidad (Lc 1,26-38)
En este quinto día de novenario en honor a san Francisco de Paula, se nos invita a contemplar la virtud de la castidad en san Francisco de Paula.
Cristo en su evangelio proclamó: “Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios”. María, san Francisco de Paula, todos los santos han experimentado viva la presencia de Dios en su vida porque su corazón estaba lleno de Dios y sentían de verdad la bienaventuranza de Cristo.
San Francisco de Paula vivió de tal manera su dominio de sí mismo, que aprendió a vivir con un corazón verdaderamente libre para sentir y gozar la presencia de Dios. Él es uno de “los limpios de corazón” que ha adquirido con la humildad la verdadera libertad interior con la que también se unió a la fiesta del “sí” y del amor, como María en su Anunciación.
La caridad sobre la que ya hemos reflexionado en nuestro novenario, es la forma de todas las virtudes. Bajo su influencia la castidad aparece como una escuela de donación de la persona, y el dominio de sí está al servicio de la entrega de uno mismo como don. Por eso la castidad conduce al que la practica a ser ante el prójimo un testigo de la fidelidad y de la ternura de Dios.
En el santo de Paula la fidelidad a Dios y la entrega a su amor se convierten en el marco de todas sus virtudes: de la castidad, de la pobreza, de la obediencia, de la humildad…
San Francisco de Paula vivió con un corazón indiviso y casto que le llevó al amor al prójimo. Que también nuestro corazón esté libre para sentir y gozar la presencia de Dios en nuestras vidas y en nuestro mundo. Y que seamos con san Francisco de Paula también nosotros de los limpios de corazón, que han adquirido con la humildad, el desprendimiento y el dominio de nosotros mismos, es decir, la verdadera libertad que nos conduzca hasta la Pascua eterna.

ORACIÓN PARA PEDIR LA VIRTUD DE LA CASTIDAD
¡Oh, glorioso San Francisco de Paula!, por aquella angelical pureza por la que, en el curso casi secular de tu vida, no manchaste nunca el candor de la inocencia virginal, consíguenos de Dios la gracia de purificar nuestra alma de toda impureza, de tal manera que no volvamos a ser nunca más objeto de aborrecimiento a su purísima mirada. ¡Oh lirio de pureza y bálsamo de santidad!, alcánzanos el favor que hoy te suplicamos, para no consentir que ni de pensamiento ni de obra podamos manchar en lo más mínimo tan hermosa virtud. Queriendo así siempre agradar más al Señor, estamos seguros que por tu intercesión, será muy pronto acogido este ardiente deseo de nuestro corazón. Amén

(En memoria de los 6 años que estuvo san Francisco de Paula en el desierto de Paula rezaremos 3 padrenuestros con Avemaría y gloria o recitamos las Letanías de San Francisco)

LETANÍAS DE SAN FRANCISCO DE PAULA
Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad
Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos
Dios, Padre celestial, ten misericordia de nosotros
Dios, Hijo, Redentor del mundo
Dios, Espíritu Santo
Trinidad Santa, un solo Dios
Santa María, ruega por nosotros
Santa Madre de Dios
Santa Virgen de las Virgenes
San Francisco de Paula
Pastor clemetísimo
Guardián solícito
Intercesor eficaz
Protector asiduo
Abogado nuestro
Patrón amable
Modelo de penitencia
Norma de humildad
Fundador de los Mínimos
Portaestandarte de la caridad
Seguidor de la pobreza
Regla de la castidad
Padre de los pobres
Amparo de los débiles
Varón lleno del Espíritu Santo
Impetrador de favores
Ayuda en las angustias
Tú, que venciste al demonio y al pecado
Tú, que curaste a los enfermos
Tú, que resucitaste a los muertos
Taumaturgo en todo género de milagros
Santo Padre de los Mínimos, conserva tu familia, te rogamos óyenos.
Santo Padre Francisco de Paula, guarda nuestra ciudad y al mundo entero
Santo Padre, intercede por nosotros
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten misericordia de nosotros.

CANTO
Oh San Francisco glorioso
de Paula realce y honor.
míranos tú, bondadoso
y danos Fe y santo Amor.

Protege a la Iglesia Madre nuestra,
sé firme de la patria protector,
y a todos libre, tu potente diestra
de toda seducción y todo error.

¡Oh San Francisco glorioso!, …


(después del canto, haremos un momento de silencio, pediremos por todos los fieles difuntos, por el fin de la pandemia, así como la gracia especial que, por intercesión de san Francisco de Paula, deseemos alcanzar).


ORACIÓN GENERAL
Santísimo Padre mío, San Francisco de Paula, yo os suplico por la pasión y muerte de Jesús, de quien fuisteis tan devoto, y por su Santísima Madre, de quien en el desierto recibisteis preciosísimo néctar, me alcancéis el mayor favor que es un amor a todas las virtudes y la perseverancia en ellas; El que no sea yo tan infeliz, que llegue a entrar en el camino de la perfección y no acabe la carrera: antes merezca por vuestra intercesión, un verdadero arrepentimiento de todos mis pecados, que el demonio huya de mi para que no me engañe, ni atienda yo a sus halagos acibarados y llegue al último grado de las virtudes, que es el amor de Dios, y gozar en compañía de la Virgen Madre y de todos los coros de los ángeles, de la vuestra y de todos los demás santos del cielo, los eternos regalos de la gloria. Amén

CANTO
Sois lucero de humildad,
Francisco en Paula nacido.
Mínimo de Dios querido,
nuevo sol de caridad.

Pues cual nuevo precursor
la Caridad nos mostráis
y el celo con que la amáis
os abrasa en vivo ardor;
en cualquier adversidad
socorred al afligido.
Mínimo de Dios ...

Vuestros trece viernes son,
devoción bien señalada,
con milagros aprobada
que casi infinitos son
de ella con grande humildad
los monarcas se han valido.
Mínimo de Dios ...

En toda necesidad,
nuestro ruego es de ti, oído,
Mínimo de Dios querido,
nuevo sol de caridad.

Ruega por nosotros San Francisco de Paula
R/. Para que seamos dignos de alcanzar, las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

oración
Señor, Dios nuestro, grandeza de los humildes, que has elegido a san Francisco de Paula, Mínimo entre los hermanos, para elevarlo a la gloria de tus santos, concédenos, por su intercesión y a imitación suya, alcanzar de tu misericordia el premio prometido a los humildes.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén

Himno de San Francisco de Paula.
Al Mínimo de Dios querido,
nuestro Padre protector,
himnos de gloria y honor,
cantémosle, cantémosle sin cesar:
Patriarca San Francisco
de Paula nuestro consuelo,
gloria te den tierra y cielo,
por tu grande Caridad.

En día de tribulaciones,
a Ti acude, a Ti acude, Santo mío
este es tu pueblo querido
postrándose ante tu altar
y al pedirte en la oración
un favor hemos sentido;
vuestro manto nuestro nido

y sostén la Caridad.