21/12/17

¡FELIZ NAVIDAD!



Si hay algo que nos enseña San Francisco de Paula con su vida es acoger a Dios en la pobreza de nuestras vidas para dejarnos hacer y transformar por él en la conversión constante de la penitencia, de la vida cuaresmal. Como los pastores que decidieron apresurarse a Belén, sea toda nuestra vida un constante querer ir a ver, ir a adorarlo, dejarnos encontrar-habitar-transformar por Él.
Dios quiso nacer en la pobreza de un portal, del mismo modo quiso tomar para sí nuestra pobreza humana pero para volver a enriquecerla, recuperarla, sanarla, promocionarla, salvarla.
Es la mejor sintomatología de que vivimos la Navidad con mayúscula, de que realmente lo hemos acogido en nuestras vidas, que también nosotros nos dejamos cada día convertir fructificando en el amor a Dios en todos los que nos rodean. 
Así es como se dan buenos frutos de penitencia, dejándonos hacer por Él y dando a los demás lo que de Dios recibimos en su infinito amor y misericordia.
¡Feliz Navidad y mínimo año nuevo!

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