1. Te lo suplicamos por aquella prontitud de espíritu y de acción que manifestabas en todos los ejercicios de obediencia. Padre nuestro y Ave María.
2. Te lo suplicamos por aquel milagro de curar a un religioso que se había herido al cortar madera por obediencia a su Superior. Padre nuestro y Ave María.
3. Te lo suplicamos por la santa resignación con que aceptaste permanecer y morir en Francia cuando te fue denegado regresar a tu patria. Padre nuestro y Ave María.
4. Te lo suplicamos por las veces que repetías a tus religiosos: "no habrá infierno cuando se deje de hacer la voluntad propia". Padre nuestro y Ave María.
5. Te lo suplicamos por la autoridad con que Dios hizo que el mismo Lucifer te estuviera sujeto, como premio a tu obediencia. Padre nuestro y Ave María.
6. Te lo suplicamos por el poder que tenías sobre las criaturas inanimadas, como premio a tu obediencia al supremo Creador. Padre nuestro y Ave María.
7. Te lo suplicamos por aquel prodigio de sellar la obediencia de un religioso haciéndole salir ileso de un horno encendido. Padre nuestro y Ave María.
8. Te lo suplicamos por aquella admirable actitud de vivir siempre obediente, comportándote como súbdito, siendo el Superior de todos. Padre nuestro y Ave María.
9. Te lo suplicamos por aquella prontitud de obediencia a la voz de aquel superior que ordenaba tu presencia en el refectorio con los demás. Padre nuestro y Ave María.
10. Te lo suplicamos por tus frecuentes ponderaciones a la virtud de la obediencia. Padre nuestro y Ave María.
11. Te lo suplicamos por aquella admirable prontitud de obedecer al Sumo Pontífice Sixto IV cuando te insinuó trasladarte a Francia. Padre nuestro y Ave María.
12. Te lo suplicamos por aquella total disposición al no querer sino aquello que Dios quería. Padre nuestro y Ave María.
13. Te lo suplicamos por aquel acto de perfectísima obediencia cuando te disponías a morir. Padre nuestro, Ave María y Gloria.
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