4/10/17

SAN FRANCISCO DE PAULA EL REFORMADOR

"El eremita de Paula vivió en profundidad el drama y las esperanzas de esta Iglesia, asumiendo un papel de primer plano que sólo ahora los estudiosos van sacando a la luz. Escribió de Él su primer biógrafo: "previniendo las tribulaciones y las aficiones que en breve iba a caer sobre la Iglesia, y otras de todo punto inminentes (como guerra, hambre, muertes) lloró a menudo por ellas tiernamente" (Anónimo)

"No es un reformador en el sentido de que emprenda una acción específica y pública de moralización de la Iglesia, del tipo de aquella en la cual se empeñó durante el mismo periodo Savonarola. Es un reformador a su modo. Viviendo una vida completamente dedicada a la contemplación y a la penitencia y dando a sus seguidores un programa de vida según el modelo suyo, hecho de oración y de penitencia, mostraba a sus contemporáneos eficacísimos medios para realizar una sincera conversión de espíritu"

"La vocación de Francisco de Paula, y el sentido de su fundación, era la de testimoniar el primado absoluto de Dios y la dependencia total del hombre de Él"

"Reformar significa renovar; esto es, un retorno a la sencillez y religiosidad del Evangelio"

"La vida eremítica que abraza a jovencísima edad y que nunca abandonará hasta la muerte es el testimonio de esta dedicación total a Dios. La afirmación del primado de Dios es radicalizada"

"Su misión es la de leer la historia en el plano de Dios y enseñar a hacer otro tanto al hombre de fe"

"Esto comporta, sin embargo, una conversión: la liberación de todas las ligaduras con la lógica humana que impiden el salto a la fe"

"Por medio de él, muchos se enriquecieron en la virtud, se ennoblecieron en las buenas costumbres, se arrepintieron de sus pecados y fueron encaminados por la senda de la salvación" (Anónimo)

MOROSINI, J. F. (1992), En la ruta de Paula, col. Espiritualidad Mínima, nº 5. Delegación Ntra. Sra. de la Victoria, Barcelona, España, pp. 16-21

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